BEIJING, 18 feb (Xinhua) -- China se prepara para conmemorar 30 años de expediciones polares y tiene sobre la mesa el proyecto de una nueva base de investigación permanente en la Antártida, por lo que no da muestras de que vaya a frenar su actividad en este ámbito a corto plazo.
El 20 de febrero de 1985, la primera estación antártica de China, la Gran Muralla, se abrió en la isla Rey Jorge, en el norte del continente.
En comparación con los occidentales que primero llegaron a la Antártida en 1820, los chinos son relativamente unos recién llegados, y arribaron allí 75 años después que Japón, el primer país asiático que registró una expedición al "fin del mundo", en 1910.
En cualquier caso, de acuerdo con la experta Joan N. Boothe, de la Universidad de Stanford y autora de 'The storied ice', es posible que una flota china llegase a la zona en torno a 1421 o 1422, parando primero en las islas Malvinas (Falkland Islands en inglés), antes de navegar hacia el sur para ir a la Península Antártica.
La 31ª expedición antártica china, compuesta por un equipo de 281 miembros, tal vez es una de las operaciones más grandes actualmente en el continente.
Se espera que el equipo alcance logros sin precedentes, entre los que se incluyen la construcción de una base para el sistema de navegación por satélite Beidou, la elección de un lugar para una pista de aterrizaje para aviones sobre la capa de hielo, la instalación de un nuevo telescopio astronómico y la inspección de más áreas para elaborar mapas de las mismas.
Como regalo por el 30 aniversario, un invernadero ha sido construido por el equipo y en el mismo se han plantado 20 variedades de vegetales.
El equipo también ha completado la exploración de una zona para la quinta estación antártica del país.
El presidente chino, Xi Jinping, subió a bordo del rompehielos Xuelong (Dragón de nieve) en Hobart durante su visita a Australia en noviembre del año pasado. Se convirtió así en el primer líder chino que se embarcó en un buque de investigación polar y en la nave habló con la tripulación y les deseó suerte en su misión.
El presidente se comunicó en directo a través de videoconferencia con los científicos destinados en el Polo Sur y elogió sus logros en la investigación científica. Las expediciones chinas, agregó, han contribuido al uso pacífico de los recursos de la Antártida.
El primer jefe de una estación polar china, Guo Kun, manifestó que a su equipo lo embargó la emoción cuando se alzó la bandera nacional china en la isla Rey Jorge el 30 de diciembre de 1984.
El equipo de la estación fue ayudado en su trabajo por varios países, entre los que figuran Australia, Nueva Zelanda, Perú, Chile, Argentina, Japón y la antigua Unión Soviética, según Guo.
Desde entonces, China ha establecido cuatro estaciones en la Antártida (la Gran Muralla, en 1985; la Zhongshan, en 1989; la Kunlun, en 2009; y la Taishan, en 2014). La quinta se construirá avanzado este año en la zona de Victoria Land, al este del continente.
Unos 30 países tienen actualmente estaciones de investigación permanentes en la Antártida, incluidas Estados Unidos, Rusia, Australia, Gran Bretaña, Francia y Argentina.
"Hemos hecho investigaciones científicas impresionantes en los campos de la glaciología, la hidrología, la meteorología, la geología marina, la biología marina, la cosmología y otras materias", indicó Liu Xiaohan, un geólogo polar que dirigió un equipo para explorar las montañas Grove, en el interior del continente, en 1998.
"Algunas veces tenemos que arriesgar nuestras vidas, pero merece la pena hacerlo porque amamos la ciencia y tenemos curiosidad por el mundo desconocido", agregó.
Además de la investigación científica, el país había dado nombres chinos a 359 sitios geológicos hasta 2011. Entre el total de los 37.000 lugares a los que se ha dado nombre en la Antártida, Estados Unidos ha puesto nombres en inglés a 13.000.
Los elementos chinos han animado el continente blanco con colores exóticos. Durante la construcción de la estación Kunlun en Dome-A, a 1.200 kilómetros de la costa, se llevaron hasta estas tierras elevadas una estatua de Buda y un recipiente tradicional chino de bronce para sacrificios para dar buena suerte.
Muchos chinos comunes están fascinados con el continente. Los datos recopilados de agencias de viaje locales en Sudamérica muestran que más de 2.000 chinos van a la Antártida anualmente.
Al tiempo que el número de visitantes se incrementa, agencias turísticas occidentales han abierto oficinas en China para dar respuesta a la demanda emergente. El jefe de la oficina en Beijing de la noruega Hurtigruten, Xu Qi, indicó que la compañía ha organizado varios viajes en barcos alquilados para dar servicio a los nuevos ricos, que solicitan en numerosas ocasiones hacer viajes polares.
Ir a la Antártida cuesta entre 100.000 y 300.000 yuanes (entre 15.000 y 45.000 dólares), dependiendo de la ruta.
Un oceanólogo y famoso productor cinematográfico, Fang Li, planea rodar una película llamada 'Antarctica 2049', sobre una futura expedición china al continente en el año en que el país asiático celebra el centenario de la fundación de la República Popular China.
"La película destacará el patriotismo, así como el internacionalismo, animando a la gente joven a preocuparse por el último continente sin contaminar y por proteger nuestro planeta", explicó Fang.
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