LA HABANA, 22 ene (Xinhua) -- Representantes de Cuba y Estados Unidos debaten hoy en La Habana los pasos para la apertura de embajadas, como parte del proceso de restablecimiento de sus relaciones diplomáticas luego de más de 50 años de distanciamiento.
En la segunda jornada de trabajo a puertas cerradas en el Palacio de Convenciones, presiden este diálogo inédito la directora general de Estados Unidos en el ministerio cubano de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, mientras que por la parte estadounidense lo hace la secretaria asistente para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Roberta Jacobson.
Este es el primer encuentro de ambas naciones con ese objetivo tras el histórico anuncio hecho de manera simultánea por los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, el pasado 17 de diciembre.
Según el programa, durante la tarde se analizarán asuntos relacionados con la cooperación entre La Habana y Washington para enfrentar epidemias, la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, entre otros asuntos.
Ambas delegaciones sostuvieron la víspera una reunión sobre asuntos migratorios, que dio continuidad al análisis que mantienen desde hace varios años con el propósito de lograr una emigración "legal, segura y ordenada".
Esta fue la vigésimo octava ronda de conversaciones migratorias entre los dos países y estuvo encabezada por la propia Vidal y el subsecretario asistente de la Oficina para los Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Edward Alex Lee.
Tras finalizar los contactos del miércoles, ambas partes sostuvieron que las conversaciones se desarrollaron en un "clima de respeto" y "diálogo constructivo".
De nuevo afloraron desacuerdos en torno a las políticas estadounidenses de "pies secos/pies mojados" y la Ley de Ajuste Cubano, que privilegian con permisos de residencia y trabajo a los ciudadanos de la isla que lleguen por cualquier vía a territorio norteamericano.
Cuba sostiene que ambas normativas son un incentivo para la emigración ilegal y el tráfico de personas, pero la Casa Blanca insiste en que las mantendrá de momento.
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