Hassen Chalghoumi, imán de la mezquita de Drancy en el suburbio de Seine-Saint-Denis, en el norte de País, dijo: "Estoy extremadamente enojado. Estos son criminales, bárbaros. Vendieron su alma al infierno. Esto no es libertad. Esto no es el islam y espero que Francia salga unida al final de esto".
Miles de personas acudieron a la Plaza de la República en la capital para condenar el ataque y decir "Soy Charlie". Se informó de muchas otras concentraciones en el país en solidaridad con los atacados.
Para el primer ministro francés, Manuel Valls, "Francia está afligida, todos los ciudadanos franceses están horrorizados".
En un breve discurso, el ex presidente y jefe del principal partido opositor francés UMP, Nicolas Sarkozy, condenó este "despreciable ataque que escandaliza a la conciencia de la humanidad".
"Es un ataque directo y salvaje contra uno de los principios republicanos más amados: la libertad de prensa. Debemos seguir diciendo lo que queramos y vivir como queramos", dijo Sarkozy.
Horas después del tiroteo, el paradero de los responsables aún se desconoce. Ya se puso en marcha una masiva operación de persecución para atraparlos.
En una conferencia de prensa, el fiscal de París, Francois Molins, dijo que al menos dos hombres dispararon al personal del semanario y mataron a 10 periodistas, un policía y un economista invitado por el diario.
Molins también añadió que otras 11 personas resultaron lesionadas, de las cuales cuatro están en estado crítico, pero se negó a dar más detalles de la investigación.
|