NACIONES UNIDAS, 9 jun (Xinhua) -- Un importante funcionario de la ONU expresó hoy su profunda preocupación por las acciones cada vez más violentas y amenazantes de una milicia simpatizante del gobierno de Burundi y pidió a las autoridades nacionales tomar de inmediato medidas concretas para controlarla.
"Todos los días recibimos entre 40 y 50 llamadas de personas asustadas en todo el país que piden protección o informan sobre abusos", indicó en un boletín de prensa el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein.
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Ohchr, por sus siglas en inglés) recibió informes de 47 refugiados burundeses que huyeron a Ruanda y República Democrática del Congo con respecto a las serias violaciones cometidas por una milicia vinculada con el movimiento favorable al gobierno conocido como Imbonerakure.
Burundi ha sido escenario de disturbios y de un fallido intento de golpe desde que el presidente Pierre Nkurunziza anunció en abril que buscaría un tercer período en el cargo.
Más de 20 personas han muerto desde el 25 de abril en las protestas contra el intento de Nkurunziza de extender sus 10 años de gobierno. Más de 100.000 personas han huido a los países vecinos, según informes.
"Si las autoridades estatales están efectivamente coludidas de esta manera con una violenta milicia anárquica, están arriesgando el futuro del país de la manera más imprudente imaginable", dijo el alto comisionado, quien advirtió que tales violaciones "podrían hacer estallar una situación que ya es extremadamente tensa".
"Ahora, más que nunca, es esencial que las autoridades burundesas muestren su compromiso con la paz desmarcándose claramente de sus violentos simpatizantes y garantizando la rendición de cuentas para cualquier delito o violación a los derechos humanos que pudieran haber cometido", añadió el alto comisionado.
Tales violaciones a los derechos humanos, ocurridas en Buyumbura y varias provincias, incluyen ejecuciones sumarias, secuestros, tortura, golpizas, amenazas de muerte y otras formas de intimidación.
Un refugiado de 19 años de edad de la provincia de Makamba dijo a la Ohchr que su casa fue atacada y saqueada durante la noche por miembros de los Imbonerakure y señaló que su papá fue asesinado a puñaladas por negarse a unirse al partido gobernante, el CNDD-FDD.
Otro refugiado dijo que fue secuestrado el 15 de abril por cuatro miembros de la milicia que lo acusaron de apoyar a un partido opositor, el FLN. El hombre dijo que fue llevado a un edificio en donde fue torturado por cuatro sujetos que lo golpearon con una barra de metal. Al momento de la entrevista aún podían verse las heridas en su cuerpo.
Una refugiada de la misma localidad dijo que ella y su esposo también fueron golpeados durante la noche en su casa por elementos Imbonerakure, quienes preguntaron a su marido por qué no estaba participando en las reuniones organizadas por el CNDD-FDD. Posteriormente su esposo fue secuestrado y desde entonces no ha sabido de él.
Numerosos refugiados cuentan que se han encontrado con frases amenazadores escritas en las puertas y ventanas de sus casas o de las viviendas de otras personas. Algunas casas han sido marcadas con una cruz, al parecer para identificar a las personas que serán atacadas o como medio para generar terror.
"Estos informes son realmente escalofriantes, sobre todo en un país con la historia de Burundi", dijo el jefe de Derechos Humanos. "Hemos estado recibiendo testimonios constantes que indican que los miembros del grupo Imbonerakure operan por instrucciones del partido gobernante y con el apoyo de la policía nacional y los servicios de inteligencia que les proporcionan armas, vehículos y algunas veces uniformes".
El alto colisionado también exhortó a los líderes de la oposición a frenar cualquier elemento violento que se pueda estar formando de su lado.
"Aunque hasta el momento ha habido muy pocos actos de violencia cometidos por los elementos de oposición, hay indicios de crecientes esfuerzos coercitivos para llevar a las personas a apoyar activamente a la oposición", dijo. "Exhorto a los líderes opositores a realizar un enorme esfuerzo para asegurarse de que sus simpatizantes protesten de manera pacífica y no recurran a la violencia".
"Lo último que Burundi necesita después de una década de gradual consolidación de la paz, en gran medida exitosa, es ser arrojado de nuevo a una guerra civil debido a la despiadada determinación de un reducido número de personas de retener u obtener el poder a toda costa", dijo.