RAMADI, Irak, 27 may (Xinhua) -- Las fuerzas de seguridad iraquíes y milicias aliadas recuperaron este miércoles varias posiciones ocupadas por milicianos del Estado Islámico (EI) cerca de la ciudad de Ramadi, capital de la provincia de Anbar, informó una fuente de seguridad provincial.

El ejército y la policía iraquíes y combatientes tribales suníes y las milicias chiíes, conocidas como Hashd Shaabi o Movilización Popular, enfrentaron a milicianos extremistas del EI que buscaban entrar en la Universidad de Anbar, al sur de Ramadi, urbe localizada 110 kilómetros al oeste de Bagdad, precisó la fuente que prefirió permanecer en el anonimato.

Las tropas retomaron además el control total de las áreas de al-Taash y al-Humeriyah al sur de Ramadi después de expulsar a los milicianos del EI, agregó.

Durante los enfrentamientos al sur de Ramadi murieron 20 milicianos del EI, en tanto seis de sus vehículos resultaron destruidos, prosiguió.

Mientras, las fuerzas de seguridad y las paramilitares Hashd Shaabi repelieron un ataque suicida del EI con cuatro camiones bomba cerca de posiciones militares en el área de al-Haiyakel, al sur de la ciudad de Fallujah, localizada 50 kilómetros al oeste de Bagdad y que permanece ocupada por el EI.

Las tropas detonaron los camiones y abatieron a los suicidas, destacó la fuente que no dio más detalles.

También tuvieron lugar en horas de la mañana intensos combates fuera del poblado de Garma, ubicado al este de Fallujah y también ocupado por el EI, cuando milicianos apoyados por coches bomba atacaron posiciones de las fuerzas de seguridad y de Hashd Shaabi, comentó la fuente, que añadió hasta el momento no se dispone de informaciones sobre posibles víctimas.

Los enfrentamientos tienen lugar un día después que las fuerzas de seguridad y las milicias aliadas lanzaran una ofensiva militar dirigida a expulsar a los milicianos del EI de Ramadi, quienes controlan la zona desde la retirada de las fuerzas de seguridad.

La rápida retirada de las fuerzas de seguridad y la caída de Ramadi fueron vistas como un revés en el objetivo del primer ministro Haider al-Abadi de derrotar al EI en Anbar y luego liberar a la ciudad de Mosul en el norte.