BRASILIA, 19 jun (Xinhua) -- Representantes gubernamentales y del sector privado de Brasil y Estados Unidos reunidos en Brasilia avanzaron hoy en la definición de la agenda de prioridades para la visita de la presidenta Dilma Rousseff a Washington, planeada para el 30 de junio.

El IX Foro de Altos Executivos Brasil-Estados (Foro de CEO), realizado en el Palacio de Itamaraty, la cancillería brasileña, contó con la participación de autoridades y de ejecutivos de empresas líderes de ambos países.

En representación de Brasil estuvieron el ministro jefe de Gabinete, Aloizio Mercadante, y el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Armando Monteiro; mientras que del lado estadounidense el subsecretario de Comercio, Bruce Andrews, y la asesora adjunta de Seguridad Nacional para Asuntos Económicos, Caroline Atkinson.

En rueda de prensa tras la reunión, el ministro Mercadante afirmó que se establecieron una serie de recomendaciones para los gobiernos, al enfatizar la necesidad de incrementar más el comercio entre los dos países.

"Discutimos la revitalización de la agenda bilateral para que podamos trabajar con más intensidad en comercio e inversiones. Tenemos una importante historia común y precisamos dar un salto de calidad", señaló.

Destacó que el intercambio con Estados Unidos pasó de representar 25 por ciento de la pauta comercial brasileña en 2002, a 14,5 por ciento en la actualidad, con lo cual se perdió cerca de 10 por ciento en un periodo en que el comercio de Brasil con el mundo creció ede manera exponencial.

"La mayoría de nuestras exportaciones a Estados Unidos son de manufacturados y semimanufacturados, productos de alto valor agregado", recordó.

Para incrementar el comercio, los dos países buscarán reducir barreras y agilizar procedimientos, incluida la aplicación de acuerdos de comercio ya existentes y una mayor convergencia regulatoria.

También se formularon recomendaciones en las áreas de energía, infraestructura, salud, educación, aviación civil y ambiental.

En el sector de energía existe interés en el intercambio tecnológico para distribución de energía, así como una asociación estratégica para normalizar la regulación de biocombustibles para comercio en terceros mercados, indicó el ministro jefe de Gabinete.

También se abordó la cooperación en fuentes alternativas de energía (eolica y fotovoltaica), además de la transferencia de tecnología y regulación para la explotación de gas de esquisto.

En el área de infraestructura, Mercadante subrayó la caída en los últimos años de la participación del capital estadounidense en proyectos brasileños, por lo cual serán analizadas las oportunidades de financiamiento y garantías para que empresas estadounidenses inviertan en el país.

En materia de salud se propuso la creación de un sistema integrado de prevención y diagnóstico en Brasil, a través de un proyecto piloto en cinco municipios para el diagnóstico precoz y barato en algunas enfermedades de alto impacto para la salud pública, como la diabetes.

En el área de educación, el foco estará puesto en cooperación en la educación básica (gestión de escuelas, formación de profesores y currículum básico) y en una evaluación del programa Ciencia Sin Fronteras, por el cual 32.000 estudiantes brasileños realizaron cursos en universidades de Estados Unidos.

En el sector de aviación, se tratará la facilitación de visas para incrementar turismo y negocios, al recordar que tras un acuerdo alcanzado en 2010 las rutas aéreas entre los dos países pasaron de 154 a 301 en la actualidad, con 1,6 millones de pasajeros anuales.

En el área ambiental, Mercadante anunció que Brasil y Estados Unidos trabajarán en conjunto hacia la Convención del Clima en París en diciembre próximo.

Agregó que Brasil cumple todas sus metas voluntarias de reducción de gases de efecto invernadero, sin embargo señaló que se requieren nuevos avances en reforestación y energía limpia.

La visita de Rousseff a Washington consolidará el acercamiento entre ambos gobiernos, después de la crisis desatada en 2013 tras las denuncias del ex contratista de la estadounidense Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por la sigla en inglés), Edward Snowden, quien filtró documentos sobre espionaje a la mandataria brasileña y colaboradores.

En su momento, Rousseff reaccionó con la cancelación de la visita de Estado prevista en octubre de ese año a Washington, en la mayor crisis diplomática entre los dos países en varias décadas.