Por Sandra Hernández
MEXICO, 23 abr (Xinhua) -- Algunos jóvenes europeos y africanos, con vidas y formas de pensar completamente diferentes, tienen un rasgo común, son arrastrados hacia la violencia por grupos terroristas.
Jóvenes de cerca de 50 países tan distintos como Reino Unido, Francia, Canadá, Turquía, Rusia Líbano, Arabia Saudí, Kenia, Marruecos, Jordania, Alemania, Pakistán, Estados Unidos y Nigeria, han emprendido largos viajes con tal de aventurarse en luchas violentas que cada vez ganan más adeptos.
RADICALIZACION DE JOVENES DE PAISES EUROPEOS Y AFRICANOS
Un adolescente de 14 años de edad fue puesto bajo custodia en Austria, donde enfrenta cargos de terrorismo. Los fiscales lo acusan de bajar información de internet para fabricar una bomba, que planeaba hacer estallar en una estación de tren. Además, en su computadora hallaron propaganda del grupo extremista Estado Islámico (EI), al cual planeaba integrarse en Siria.
En Barcelona, España, las autoridades arrestaron a un chico de 17 años miembro de un grupo que deseaba secuestrar a una persona para decapitarla, con el fin de emular los asesinatos cometidos por el EI.
Tres chicas británicas, dos de 15 y una de 16 años de edad, viajaron en febrero, sin conocimiento de sus familias, a Siria vía Turquía al parecer para contraer matrimonio con yihadistas del EI.
Mohammed Emwazi, conocido a nivel mundial como "John el yihadista", un londinense de 27 años de edad nacido en Kuwait, viajó a Siria en 2012 para integrarse al EI. El graduado en programación informática es considerado responsable de la decapitación de varios rehenes occidentales en poder del grupo miliciano.
El joven keniano Abdirahim Abdullahi, graduado con honores de la carrera de Derecho e hijo de un funcionario de Kenia, fue acusado por la policía de haber participado en el asesinato de unas 150 personas en la Universidad de Garissa de su país. Abdullahi había desaparecido desde hace dos años. Su padre indicó que posiblemente viajó a Somalia para unirse al grupo radical islámico Al-Shabaab.
Estos son algunos de los miles de jóvenes, cada uno con una historia particular, que han salido de sus países en Europa o Africa para buscar una nueva vida. Sin embargo, muchos de ellos han sido reclutados por grupos extremistas como el EI y el Frente Al-Nusra en Medio Oriente y Al-Shabaab en la región africana.
Los combatientes yihadistas europeos que engrosan las filas del Estado Islámico han dejado familia, amigos, estudios y país para unirse a los combates que se sostienen en Siria e Irak.
Se calcula que alrededor de 3.000 europeos han viajado a Siria para participar en la lucha contra el presidente sirio Bashar al-Assad. La cifra se ha duplicado con respecto al 2013.
¿QUE ORILLA A LOS JOVENES A INTEGRARSE A GRUPOS VIOLENTOS?
El presidente de Túnez, Beji Caid Essebsi, declaró que cerca de 4.000 "jóvenes desempleados y desesperados" de su nación se han unido a los milicianos en Irak, Siria y Libia durante los tres últimos años.
La situación de los jóvenes tunecinos que sufren de exclusión económica y social se ha convertido en una causa importante que los orilla a participar en actividades extremistas. En un informe de 2014 del Banco Mundial se indica que 33 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 29 años de edad no estudian, no trabajan ni reciben ningún tipo de capacitación.
En Europa, las condiciones de vida de jóvenes de minorías no son muy distintas a las tunecinas.
Hasta 2010, la Unión Europea (UE) albergaba a 13 millones de musulmanes, concentrados principalmente en Alemania (4,8 millones) y Francia (4,7 millones).
A pesar de la enorme y duradera presencia musulmana en países europeos, el rechazo hacia esa comunidad es amplio. Por ejemplo, de acuerdo con una encuesta llevada a cabo en la primavera de 2014 por el grupo de consultoría Pew Research Center con sede en Washington, D.C., 33 por ciento de los alemanes tenían una opinión desfavorable hacia los musulmanes.
En Grecia e Italia, el porcentaje de desaprobación hacia ese grupo era de 53 y 63 por ciento, respectivamente. En tanto que España y Polonia compartían un rechazo cercano al 50 por ciento.
Varios investigadores coinciden en los factores que están orillando a los jóvenes de países europeos a buscar opciones distintas en Siria o Irak.
Uno de ellos es el rechazo de la población nativa. Los jóvenes de minorías no se sienten integrados en los países a los que fueron llevados por sus padres y también tienen dificultades para adaptarse a sus países de origen. Esa falta de identidad es aprovechada por los grupos extremistas para atraerlos.
La investigadora española de asuntos de terrorismo Carola García dijo a Xinhua que la mayoría de quienes son reclutados por el EI son hijos de inmigrantes de países musulmanes que no han asimilado del todo sus nuevas sociedades.
Además del sentimiento de desarraigo, se suman problemas económicos, desintegración familiar y deserción escolar. Pero incluso quienes pertenecen a familias acomodadas y tienen un nivel educativo alto se ven tentados a experimentar nuevas experiencias peligrosas.
El Dr. David Malet, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad de Melbourne, declaró a Xinhua que el sentimiento de insatisfacción que prevalece entre algunos jóvenes universitarios se suma al deseo de verse como héroes. Los reclutadores los convencen de unirse a su causa al decirles que "ellos pueden hacer la diferencia en el mundo", agregó.
Un factor que se ha vuelto fundamental para atraer a los jóvenes a las actividades violentas lo constituyen las redes sociales. Las agresivas campañas lanzadas a través de ellas han logrado convencer a un gran número de chicas y chicos a unirse a los milicianos.
Las redes sociales Facebook y Twitter, así como aplicaciones creadas especialmente para el EI han permitido al grupo difundir a nivel mundial su imagen de violencia y poder, transmitir imágenes fijas y en movimiento de ataques y asesinatos y emitir mensajes atractivos para los potenciales combatientes de decenas de países. Y son los mismos reclutados quienes contribuyen a la difusión de materiales del grupo a través de sus redes sociales.
MEDIDAS PARA ENFRENTAR LA EMERGENCIA
Algunos países han empezado a tomar medidas para enfrentar la amenaza que representan los grupos violentos para sus jóvenes. Francia está retirando los pasaportes a los potenciales candidatos a integrarse al EI para impedir que viajen a Siria o Irak. Estados Unidos arrestó a seis jóvenes que intentaron trasladarse a Siria para unirse al EI.
Reino Unido y Holanda están retirando la ciudadanía europea a quienes han viajado a los países en conflicto. Medidas similares están en discusión en Francia, Bélgica y España.
El gobierno de Kenia ofreció amnistía a los jóvenes que han participado en ataques terroristas lanzados en el país por el grupo Al Shahab.
Otros países más están en alerta por el regreso de jóvenes que recibieron entrenamiento del EI y que podrían llevar a cabo ataques o participar en el reclutamiento de nuevos combatientes.
En muchos sentidos, los jóvenes son el futuro de las naciones, sin embargo, todavía son pocos los gobiernos que realizan esfuerzos para mejorar su calidad de vida y ofrecerles oportunidades de desarrollo pleno en un ambiente seguro.