Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 22 mar (Xinhua) -- Cuba celebra hoy el Día Mundial del Agua en momentos en que la mayoría de su población tiene acceso al agua potable en la isla y se prepara una legislación que regulará el uso racional de los recursos hídricos.

Más del 95 por ciento de los cubanos tienen acceso al agua potable de manera sostenida desde 2004, resultado de la llamada "voluntad hidráulica", programa nacional implementado desde 1963 por el gobierno del entonces presidente Fidel Castro.

En octubre de 1963, el devastador paso del ciclón "Flora" por el oriente de la isla provocó grandes inundaciones y dejó unos 2.000 muertos, a lo que las autoridades respondieron con la construcción de embalses y obras hidráulicas.

La isla cuenta en la actualidad con una infraestructura hidráulica que incluye 242 presas y decenas de micropresas, cerca de 2.420 acueductos, más de 22.000 kilómetros de redes, casi 70 plantas potabilizadoras y 5.316 kilómetros de alcantarillado.

A estas obras se suman, canales magistrales, estaciones de bombeo y diques.

Cuba posee una capacidad máxima de recursos hidráulicos disponibles de alrededor de 13.600 millones de metros cúbicos entre aguas superficiales y subterráneas, volumen que supera las demandas económicas, sociales y ambientales.

La demanda del líquido, que muchos en la isla derrochan con indolencia, obligó al gobierno a preparar una ley en la materia, legislación que busca regular el uso adecuado de los recursos hídricos de la isla.

En febrero del año pasado, el director de Organización, Planificación e Información del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Bladimir Matos, adelantó que se alista la Ley del Agua que "regulará el uso equitativo y el derecho común a ese recurso".

Contemplará también aspectos colaterales como el pago de su uso y la necesidad de lograr una cultura de ahorro entre los usuarios.

La propuesta legislativa pretende reforzar la prioridad que dan las autoridades al empleo más eficaz de los recursos hídricos.

Pretende el uso racional y productivo del agua disponible, la utilización eficiente de la infraestructura construida y la administración de riesgos en función de la calidad del líquido potable, así como otros peligros asociados a eventos extremos del clima.

Matos señaló que fomentar el empleo racional de este recurso en función del desarrollo socioeconómico del país, significa asegurar su gestión integrada por cuencas hidrográficas con vistas a su disponibilidad, protección y reducción de inundaciones.

Con ello se pretende promover e introducir tecnologías y conocimientos que aseguren un uso eficaz y competente del vital líquido.

Las autoridades cubanas aseguran que aún hay incomprensión y un conocimiento no suficiente sobre el carácter de este elemento como indicador económico, tanto global como ramal, ya que es un recurso natural renovable, pero finito, limitado y frágil.

Ejecutan, además, diversos programas para hacer un uso adecuado y racional mediante la utilización eficiente de las instalaciones y una conciencia de ahorro entre la población y las empresas, teniendo en cuenta la baja disponibilidad del recurso.

Llevan a cabo proyectos dirigidos a enfrentar los problemas de la sequía y las inundaciones por lluvias, así como elevar su distribución, además de reducir las pérdidas.

Otra prioridad en ejecución es la medición en el consumo hidráulico, tanto para los centros estatales como para el sector residencial.

Se trabaja en la reparación o sustitución de estaciones de bombeo, en el sistema de saneamiento y en un programa destinado a la producción de herrajes hidrosanitarios, con énfasis en el estudio de precios asequibles para su comercialización.

El gobierno cubano aplica la Política Nacional del Agua que abarca desde las fuentes de abastecimiento hasta su llegada a cada usuario.

Este programa se fundamenta en el uso racional y productivo de las cantidades disponibles, la explotación eficiente de la infraestructura construida, la gestión asociada a la calidad del líquido y los riesgos vinculados a eventos climáticos extremos.