SANTO DOMINGO, 12 mar (Xinhua) -- El gobierno haitiano y la Organización de las Naciones Unidas lanzaron una nueva estrategia para reducir la extrema vulnerabilidad en la población haitiana, por un monto de poco más de 400 millones de dólares, informó hoy la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah).
Peter de Clercq, coordinador de Asuntos Humanitarios y coordinador residente de la ONU en Haití, dijo que el proyecto, denominado TAP (Transitional Appeal en inglés), sustituye al pedido humanitario anual y persigue proporcionar una transición humanitaria al desarrollo, al tiempo que garantiza la continuidad del apoyo al Estado haitiano en el contexto de la reducción de la presencia de la Minustah en el país.
En octubre del año pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU amplió por un año más la presencia de su misión en Haití, y ratificó su intención de seguir reduciendo la presencia militar del organismo hasta los 2.370 de los 5.145 efectivos militares con que cuenta actualmente, además de 2.601 policías de otros varios países.
La Minustah fue establecida el 1 de junio del 2004 por una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El organismo sucedió a una Fuerza Multinacional Provisional autorizada por el organismo mundial en febrero de ese año, después de la partida al exilio del entonces presidente Jean Bertrand Aristide.
"No es un proceso terminado, sino un proceso dinámico. El TAP ha sido desarrollado con el fin de sentar las bases de un desarrollo sostenible en Haití en los próximos dos años", dijo De Clercq.
El alto representante de la ONU anunció que el lanzamiento internacional del proyecto, que requiere un financiamiento de 401 millones de dólares, se realizará este viernes en Ginebra, Suiza, y la próxima semana a otros socios financieros en Bruselas, Londres, La Haya y Oslo.
El plan ya fue lanzado el miércoles en Puerto Príncipe, en presencia de la representante especial del secretario general de la ONU en Haití, Sandra Honoré; el jefe de la sección de economía y buena gobernanza en la Unión Europea, Markus Handke, y del jefe de Cooperación de la Embajada de Canadá, Vincent Le Pape, además de representantes de las ONG que operan en el país.
El proyecto será liderado por un comité conjunto dirigido por el Ministerio haitiano de Planificación y Cooperación Externa y la Oficina Integrada de las Naciones Unidas.
Yves Germain Joseph, ministro de Planificación y Cooperación Externa, dijo que el TAP dará prioridad a los asuntos más "agudos y urgentes" como los desplazados internos que aún viven en campamentos, la epidemia de cólera, la inseguridad alimentaria y los problemas de desnutrición o la privación crónica y la gestión de riesgos y los desastres.
"Lejos de ser una visión general de todas las necesidades, esta convocatoria es esfuerzo conjunto" del gobierno, el sistema de las Naciones Unidas y las ONG en el país, trabajando en un enfoque de transición que puede satisfacer las necesidades urgentes y las causas subyacentes de soluciones sostenibles", dijo Joseph.
Por su parte, la jefa de la Misión de la ONU en Haití manifestó que un aspecto fundamental de la construcción de la capacidad de recuperación y desarrollo de Haití se basa en la estabilización y la paz, además del fortalecimiento de la ley y de la democracia.
Haití trata de superar una grave crisis política que tras forzar la dimisión del anterior primer ministro Laurent Lamothe, dejó sin funciones al Parlamento debido al prolongado retraso en la organización de los comicios.
El Poder Ejecutivo conformó en enero pasado un gobierno de coalición integrado por antiguos ministros y nuevos representantes de la oposición radical, y constituyó a un nuevo organismo electoral que tendrá a su cargo la organización de las elecciones.
Los haitianos deben elegir a 20 senadores, 118 diputados, 140 autoridades municipales y 1.140 asambleístas y representantes comunales en todo el país, además del sucesor del actual presidente de la República, Michel Martelly, cuyo mandato concluye en mayo del 2016.
Haití conmemoró este año el quinto aniversario del poderoso sismo de 7,3 grados en la escala de Richter que en enero del 2010 dejó 222.570 muertos y pérdidas materiales por unos 7.900 millones de dólares.
El terremoto, que afectó principalmente Puerto Príncipe, Léogâne y Jacmel, en el sur y suroeste del país, dejó también millón y medio de damnificados, de los cuales 79.397 personas (21.218 familias) viven aún en alguno de los 105 campamentos que quedan, según el último informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) difundido a principios de este año.