Por Rogelio del Río
LA HABANA, 26 feb (Xinhua) -- Delegaciones de Cuba y Estados Unidos reanudarán mañana viernes en Washington los contactos para restablecer las relaciones diplomáticas bilaterales y abrir embajadas en las capitales respectivas, luego de más de medio siglo de confrontación.
La delegación cubana estará encabezada por la directora general de Estados Unidos del ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), Josefina Vidal, y la estadounidense, por la secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson.
Ambas funcionarias presidieron la histórica primera ronda de pláticas con igual objetivo, celebrada el pasado 22 de enero en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Para el nuevo encuentro, Cuba aseveró que va con espíritu "constructivo" e insistirá en la importancia de reanudar los lazos diplomáticos sobre "bases sólidas, sustentadas en el respeto mutuo, la no injerencia en los asuntos internos y la igualdad soberana de todas las naciones", principios fijados en la Carta de la ONU.
Gustavo Machín, subdirector de Estados Unidos en el Minrex, expresó la víspera en La Habana que su país espera "recibir respuestas" a los asuntos planteados durante la primera ronda.
Esos temas son la exclusión de Cuba de la Lista de Países Patrocinadores del Terrorismo Internacional y la solución de la situación bancaria que enfrenta la Oficina de Intereses de La Habana en Washington, que lleva más de un año sin estos servicios.
Tales asuntos --subrayó Machín-- son importantes para la creación del contexto apropiado para el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas de los dos países.
"Constituye un contrasentido que restablezcamos relaciones diplomáticas con Estados Unidos si Cuba continúa en la lista de países que auspician el terrorismo", señaló.
Cuba está incluida desde 1982 en esa relación que Estados Unidos confecciona cada año de manera unilateral, lo cual implica restricciones adicionales a la política de bloqueo económico, financiero y comercial que Washington mantiene sobre la isla desde 1962, de forma oficial.
En cuanto a la reapertura de legaciones en ambas capitales, planteó que debe hacerse con base en la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas y consulares, y que el comportamiento del personal diplomático sea basado en el "respeto a las leyes nacionales y la no intervención en los asuntos internos de los Estados".
Cuba propuso también a su contraparte iniciar un diálogo referido a derechos humanos, sobre bases de "igualdad, respeto y reciprocidad".
Acerca de estos asuntos, una fuente del Departamento de Estado expresó que el proceso de revisión de la lista de Estado patrocinador del terrorismo es separado del de restablecimiento de relaciones diplomáticas.
"No vinculamos los dos", enfatizó la funcionaria, que prefirió el anonimato, pero acotó que su país está avanzando "lo más pronto posible" en la revisión de dicho listado, que también incluye a Irán, Siria y Sudán.
Sobre la falta de acceso a un banco por parte de la Sección de Intereses cubana en Washington, aseguró la voluntad del Departamento de Estado de "ayudar" en la solución del problema.
También se conoce que Estados Unidos aceptó discutir con Cuba sobre derechos humanos, tema espinoso en el que Washington hace señalamientos constantes a La Habana, y esta sostiene que igualmente tiene sus "puntos de vista" y sus "preocupaciones" sobre esos derechos en el país norteño.
Se trata de "profundas diferencias" acumuladas en más de 50 años, que requieren de más de un contacto para ser conciliadas, pero al menos ambas partes han expresado interés en llegar a un acuerdo para restaurar sus relaciones diplomáticas.
Otra cosa es "normalizar" esos vínculos, que para Cuba pasa necesariamente por el levantamiento del bloqueo, sobre el cual se presentó un proyecto de Ley bipartidista al Congreso norteamericano.
Por lo pronto, la sorpresiva decisión anunciada el pasado 17 de diciembre por los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, de dar pasos hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas no ha quedado en letra muerta.
Y aunque ambas partes admiten que el proceso será "largo" y "complejo", también han dado muestras de interés en avanzar a pesar de las diferencias.