Omar Mendoza
SANTIAGO, 16 ene (Xinhua) -- Chile se ha convertido en el centro del debate sobre la desigualdad social, lo cual parece normal porque se trata de uno de los países más desiguales de América Latina y el mundo, al igual que Brasil.
El tema volvió a adquirir una dimensión de actualidad, después de que el pasado 11 de enero el diario conservador "El Mercurio" publicó un extenso reportaje en su edición dominical sobre la desigualdad en el país sudamericano.
El trabajo editorial se títuló "Principales economistas chilenos debaten sobre la desigualdad: la solución es educativa y no de distribución".
En el debate participaron 16 economistas, políticos y empresarios ligados a la "derecha" o a una posición "neoliberal".
Entre ellos estuvo el ex presidente Sebastián Piñera (2010-2014); el ex ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine; el actual representante del sector empresarial, Andrés Santa Cruz, y el presidente del Banco Chile, Pablo Granifo.
"La solución a la desigualdad es educativa y no de distribución", fue la principal conclusión del intercambio de opiniones.
En tanto, en el marco del IV Congreso del Futuro que se lleva a cabo en el Congreso Nacional (órgano Legislativo bicameral) organizado por la Fundación Chile, la presidenta Michelle Bachelet y el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, defendieron las reformas del gobierno.
Expusieron que dichas iniciativas están dirigidas a reducir la desigualdad y mejorar las condiciones de vida de los sectores sociales más vulnerables.
Dijo que el obstáculo más importante en este sentido, "es la persistente desigualdad, la segregación educacional y los mercados laborales que no son justos ni equitativos en la retribución del esfuerzo".
A su vez, el economista francés Thomas Piketty es quien más ha llamado la atención en el debate por sus novedosas teorías y quien presentó aquí su libro "El capital en el siglo XXI".
El estudioso es señalado como el "promotor" de la idea de aplicar reformas tributarias para disminuir la desigualdad en el mundo.
Dijo que si se incluyen las utilidades retenidas como ingreso personal de las personas más ricas en Chile, entonces "la participación del 1 por ciento más rico sería cercana al 35 por ciento (de la riqueza nacional)".
Piketty sostuvo que ese porcentaje "sería el nivel más alto del mundo, superior a Estados Unidos", lo que explica el por qué los millonarios latinoamericanos han elevado de forma acelerada su riqueza en las últimas décadas.
Entre 1987 y 2013, la riqueza promedio de los más ricos de América Latina creció 6,7 por ciento anual, lo que es tres a cuatro veces más que la riqueza nacional de todos los países de la región.
Este resultado se debe a hechos como las privatizaciones realizadas en los distintos países en los años 80, cuando el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) promovieron el modelo "neoliberal".
El economista francés mencionó como ejemplo el caso de Chile, que redujo el tamaño de su Estado mediante la privatización de sus empresas.
A nivel individual, Piketty mencionó al mexicano Carlos Slim, considerado uno de los hombres más ricos del mundo.
Señaló que la concentración de la riqueza en la región, se debe a la mala distribución del ingreso, al permitirse que quienes cuentan con altos niveles de capital puedan tener los mejores expertos y asesores en el manejo de los recursos.
En contraparte, las personas comunes no tienen la capacidad para pagar esos asesores.
El especialista criticó el nivel de bonos en dinero a ejecutivos y directivos en las grandes empresas que no se justifican por su gestión, pero que sí tiene un efecto relevante en la distribución del ingreso.
Citó a los bancos de inversión que en 2013 pagaron varios millones de dólares a sus ejecutivos en bonos en Estados Unidos, "sin que haya evidencia de un mejor desempeño ni aumento de productividad al pagar 10 millones de dólares al gerente".
El tema de la desigualdad también fue tratado la víspera por Pikeety en un encuentro en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El analista reiteró en la reunión sus teorías, que coinciden con las planteadas por la CEPAL, lo cual agradeció su secretaria ejecutiva Alicia Bárcena.