PANAMA, 27 jun (Xinhua) -- La mutación en la forma en que las organizaciones criminales intentan usar a Panamá como paso casi obligado en el tránsito de drogas desde Sudamérica hacia mercados como los de Norteamérica o Europa está siendo enfrentada con revaluaciones constantes y un enfoque integral, reconoció el fiscal Antidrogas panameño, Javier Caraballo.
El experto habló del enfoque en entrevista con Xinhua en su oficina en la capital panameña, y al haber vuelto el tema esta semana a primer plano por la conmemoración ayer del Día Mundial Contra las Drogas que promueve el sistema de las Naciones Unidas (ONU).
El fiscal aseguró que frente a la realidad de un flagelo que se visualiza no va a terminar en dos o tres años, las autoridades tienen que estar renovando la tecnología de la cual disponen y sus estrategias, considerando aspectos claves como el intercambio de información y la inteligencia.
La estadística oficial indica que el año pasado se incautaron poco más de 39 toneladas de drogas en Panamá, alrededor de 94 por ciento de cuyo decomiso fue de cocaína, con un porcentaje muy bajo de droga sintética, éxtasis y heroína, entre otras sustancias.
La información indica también que en 2013 se incautó entre 40 y 41 toneladas, confirmando la tendencia en este tipo de captura en los últimos años en el país
Se estima, además, que en lo que va de este año las autoridades panameñas han capturado alrededor de 21 ó 22 toneladas de drogas, lo cual lleva según él a la proyección de alrededor de 40 toneladas incautadas con que debe terminar el año.
Caraballo explicó que la principal sustancia de consumo interno que se ha encontrado en Panamá ha sido la marihuana, y reconoció la realización de planes piloto para enfrentar este tipo de problema.
Un informe en el que se ha estado trabajando, según el fiscal, indica que de junio de 2014 a mayo de 2015 se incautaron alrededor de 41 toneladas de droga en Panamá, y que producto de incautaciones se ha tenido unos 2.900 expedientes abiertos, que vinculan a más de 1.500 personas, la mayoría de ellas en la capital panameña.
La mayoría de los detenidos por delitos relacionados con la posesión de sustancias prohibidas son panameños, mientras que en los grandes casos de tráfico internacional la mayoría han sido extranjeros, según el reporte.
El fiscal Antidrogas reconoció que las autoridades panameñas han tenido que reaccionar frente al cambio que ha habido en el último año y medio en el modo de operar de los criminales ante el reforzamiento de las medidas por parte de los entes de seguridad del Estado en algunas zonas costeras en Panamá.
De acuerdo con el funcionario, algunos de los cambios ha sido el ingreso de drogas a través de la oriental provincia panameña de Darién -fronteriza con Colombia, a través de unas 40 ó 50 personas, cada una de las cuales llevaba de 20 a 25 kilos de droga en mochilas y había hecho una travesía de cinco o seis días caminando desde el vecino país.
La tendencia, según el especialista, era en 2009, 2010 y 2011 transportar cantidades importantes de droga en lanchas rápidas, a diferencia de ahora cuando se habla de lanchas con doble fondo en embarcaciones con motores de menor capacidad con doble fondos en los cuales se intenta ocultar las sustancias prohibidas, utilizando métodos más sofisticados.
Otra tendencia de ahora que identificó Caraballo por vía terrestre es utilizar vehículos con doble fondos muy bien elaborados, e inclusive electrónicos.
"En el último año y medio tenemos mayor cantidad de casos de narcotráfico, pero esta mayor cantidad de casos no necesariamente significa una mayor cantidad de drogas. Se trata cada vez de menos lanchas rápidas con mayor cantidad de droga, a cambio de una mayor cantidad de casos, pero con cantidad más modesta de droga. Esto no se refleja en el aumento de la cantidad de droga", expuso.
También ha sido reconocida por las autoridades panameñas la modalidad de las organizaciones criminales de tratar de usar los puertos panameños en el Atlántico y en el Pacífico para intentar introducir droga en contenedores y así llevarla a los mercados europeos, teniendo para ello la complicidad de personal de los terminales.
Explicó que en otros países se utiliza a personas para buscar sacar la droga de los contenedores, antes de que llegue a sus verdaderos dueños, y que se ha dado también el caso de personas intentando llevar droga pasando por el Aeropuerto Internacional de Tocumen de la capital panameña, y teniendo principalmente rutas europeas.
Otro caso que se dio, ya que no ha sido lo más frecuente, fue el intento hace alrededor de año y medio de utilizar un semi-sumergible a través de la occidental provincia panameña de Bocas del Toro, fronteriza con Costa Rica y bañada por aguas del Caribe, y que al final se hundió y no puso ser reflotado.
Caraballo señaló también que en el caso de Panamá no se puede hablar de la operación de carteles de la droga, pero sí de células o pequeños grupos, sobre todo de extranjeros, que se asientan en el país y de alguna forma reciben o embalan la droga, y que están conectados con otros grupos en Sudamérica o con quienes distribuyen la droga en los países de consumo.
El fiscal de Drogas panameño expuso que la respuesta ante la invención de la delincuencia en el tráfico de drogas ha sido con un mejor manejo de inteligencia, coordinación entre los entes y adelantándose para conocer las rutas, lo que ha llevado a los narcotraficantes a una mayor sofisticación y mayores costos.
"En los últimos años los esfuerzos en la lucha antidrogas se han centrado en prestar la misma atención al tráfico internacional a gran escaña que al tráfico interno y al menudeo, y ese es uno de los pilares", remarcó el fiscal de Drogas, quien exaltó también que se ha enfatizado en el enfoque a los grupos criminales, más que a las personas utilizadas por los grupos criminales.
Destacó que ante los nuevos retos, instituciones como el Servicio Nacional Aeronaval y el Servicio Nacional de Fronteras han tomado las previsiones respectivas para dar la cara y cambiar las estrategias.
Caraballo comentó que hace unos años se aumentaron las penas por este tipo de delito, pero subrayó que este no es sólo un asunto legal, y por eso Panamá ha hecho por ejemplo esfuerzos por fortalecer los vínculos con todos los países que puedan cooperar con la represión al narcotráfico, en esta lucha en la que se recibe apoyo logístico y de países como Estados Unidos y Colombia.