BEIJING, 26 jun (Xinhua) -- Estados Unidos publicó el jueves su informe anual sobre derechos humanos, en el que efectúa ataques arbitarios y comentarios irresponsables acerca de la situación de los derechos humanos en casi 200 países.
Sin embargo, como país cuya situación en esta materia deja bastante que desear, EEUU debería, antes de acusar a nadie, mirarse al ombligo y ordenar su propia casa.
Sólo un día antes de la publicación del informe, un hombre negro desarmado de 41 años de edad murió tras ser tiroteado en su casa por tres oficiales de policía. Se encontraron 19 casquillos de bala en el lugar de los hechos.
No se trata de un caso aislado. Desde 2014, Estados Unidos ha vivido una serie de incidentes en los que policías blancos mataron a ciudadanos negros desarmados.
Estos casos pueden recordarle a EEUU que, en su propio territorrio, hay muchas violaciones de los derechos humanos.
De hecho, las violaciones no se limitan a la violencia contra las minorías étnicas, los problemas con los inmigrantes o las acusaciones de tortura. Han existido mucho tiempo también en el control de correos electrónicos y celulares de ciudadanos de a pie y de líderes de otros países, incluyendo tradicionales aliados de EEUU como Alemania y Francia.
EEUU también ha cometido numerosas violaciones de derechos humanos en el extranjero, por ejemplo, en el uso de maneras repugnantes de tortura y de ataques indiscriminados de aviones no tripulados.
Además, EEUU es uno de los dos únicos países del mundo que no han ratificado el Convenio de la ONU sobre los Derechos del Niño, que protege los derechos humanos de la infancia. Tampoco parece interesado en promover la ratificación de leyes internacionales básicas como el Convenio sobre el Trabajo Forzoso.
Wu Hailong, embajador chino en la Oficina de la ONU en Ginebra, dijo que EEUU está cargado de violaciones sistemáticas y masivas de los derechos humanos, de las que es difícil desembarazarse.
Aunque quiera retratarse como un supervisor vehemente de los derechos humanos en el escenario mundial, el país norteamericano no ha hecho mucho para tratar sus propios problemas en este ámbito sino que prefiere acusar a otras naciones.
De hecho, la búsqueda de los derechos humanos es un proceso y ningún país puede tener un registro absolutamente perfecto. Lamentablemente, el informe de EEUU, que publica desde 1977, ha ignorado deliberadamente los logros que otros países han hecho en la mejora de sus derechos humanos.
Por lo tanto, es aconsejable que Washington se abstenga de realizar acusaciones erróneas contra otros países sobre este asunto y trabaje con ahínco para ordenar su propia casa, con el fin de estar a la altura del título que a sí mismo se da de "defensor de los derechos humanos".