KATMANDU, 19 de may (Xinhua) -- Mientras algunos siguen considerando un espejismo la idea de una "comunidad de destino común", otros muchos la ven como el vívido retrato de lo que ha sido la respuesta mundial de ayuda tras el devastador terremoto del 25 de abril en Nepal.

El potente sismo y sus réplicas causaron estragos en el país del Himalaya, dejando unos 8.500 muertos y 18.000 heridos. Casi la mitad de los condados en que se divide la nación quedaron devastados y unos 10 millones de personas resultaron directamente afectadas.

Los temblores llegaron a sentirse incluso en el suroeste de China, el norte de la India y Bangladesh, entre otros países y regiones de la zona.

Muchos de los supervivientes del desastre han buscado refugio en automóviles y tiendas de campaña, o se han apiñado en las calles y los campos, permanentemente en vela y sin tener idea de cuándo llegaría el siguiente temblor y cuán destructivo sería.

Los seres humanos son débiles ante los caprichos de la naturaleza pero son invencibles cuando se unen bajo una misión común y trabajan codo con codo en una sola dirección: salvar vidas.

La buena voluntad del mundo ha quedado patente después del terremoto y la comunidad internacional se ha apresurado a buscar vida en el país que acoge al techo del mundo, el monte Everest.

Docenas de países, entre ellos China, India, Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Japón, Cuba, Australia, Israel y Polonia, han enviado efectivos de rescate a las zonas afectadas y 107 equipos médicos se han desplegado para prestar su ayuda en la desesperada situación de los nepaleses.

Comentando sobre el apoyo de China al pueblo nepalés y sus esfuerzos de recuperación y construcción tras el desastre, Wu Chuntai, embajador de China en Nepal, dijo que China ha construido una "línea de vida a través de las montañas del Himalaya".

La rápida respuesta de la comunidad internacional tras el terremoto en Nepal ha demostrado los actuales esfuerzos encaminados a construir una comunidad de destino común para la Humanidad.

Nepal, una pequeña nación interior con fronteras solo con China y la India, ya se ha visto estrechamente entrelazada con el gran tejido global.

Tres millones de sus ciudadanos trabajan en otras partes del mundo. Sus soldados sirven en las fuerzas de socorro de la ONU. Ofrece papel de impresión a Japón para que imprima sus billetes. Atrae a 800.000 turistas extranjeros al año.

Debido al devastador terremoto, ahora vuelve a compartir destino común con el resto del mundo.

El poeta británico John Donne dijo que "la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque formo parte de la Humanidad". En todas las épocas, los seres humanos nunca han dejado de esforzarse por explorar el destino común.

Viviendo en un pueblo común en el nuevo siglo, la humanidad se enfrenta con una serie de retos comunes, como terremotos, tsunamis, inundaciones, epidemias, guerras y terrorismo, cada uno de los cuales requiere cooperación global.

En palabras del presidente chino, Xi Jinping, todas las naciones que habitan el planeta deberían concienciar sobre el hecho de que la humanidad comparte una comunidad de destino común, que debería unirse en momentos de dificultades, y buscar el desarrollo común y la paz duradera para todo el mundo.