BEIJING, 14 ene (Xinhua) -- La guerra de China contra la corrupción está lejos de haber acabado a pesar de los resultados sin precedentes ya logrados, ya que, en opinión del liderazgo del país, aún se debe lograr una "victoria aplastante".
Con su postura de tolerancia cero, la campaña anticorrupción de China hizo caer a más de 40 funcionarios de nivel ministerial o superior en 2014, incluidos cuatro líderes estatales, efectos sin parangón en los últimos más de 30 años desde que el país diera inicio a su proceso de reforma y apertura.
Aunque el pueblo ha dado su visto bueno a los inesperados resultados de la campaña, de la cual se pensó en su momento que no era más que "una ráfaga de viento", el presidente de China, Xi Jinping, advirtió el martes de que aún no se ha logrado "una victoria aplastante", y de que siguen existiendo desafíos futuros.
Algunas personas piensan erróneamente que el combate contra la corrupción llegará a su fin, y otras creen que una lucha más profunda podría hacer que se tambalearan los cimientos de los más de 60 años de gobernación del Partido Comunista de China (PCCh).
Estas personas no se dan cuenta de que la campaña anticorrupción, en marcha desde que el grupo dirigente se hiciera con las riendas del poder en 2012, ha hecho que se reduzca la corrupción, pero no ha acabado con ella.
Puede que las malas conductas se hayan mitigado, pero no se han desvanecido. Aunque se han desarrollado mecanismos anticorrupción, estos no son perfectos. Reestructurar la ecología política de China sigue siendo una tarea onerosa.
No existen soluciones rápidas o fáciles para la corrupción, que hace mucho tiempo que se da.
A fin de eliminar la plaga que amenaza la mismísima supervivencia del Partido, se deben hacer más esfuerzos por curar la enfermedad de la corrupción.
Los líderes chinos han enviado señales inequívocas de la dirección hacia la que se dirige la lucha.
En su discurso de Año Nuevo, televisado en directo por la cadena estatal, Xi se comprometió a que la campaña contra la corrupción no cejará, diciendo que el país "blandirá en alto la espada contra la corrupción" y "cerrará la jaula de las regulaciones".
El presidente espera ver reglas del PCCh más estrictas y mejores prácticas de trabajo en 2015.
En un mensaje de Año Nuevo publicado en su página web, la Comisión Central de Control Disciplinario (CCCD), el máximo organismo disciplinario del PCCh, decía: "Nuestra primera frase para 2015 es que la construcción de una gobernanza clara y el combate contra la corrupción continuarán".
Con el objetivo de abrir canales para la participación pública, la CCCD lanzó el 1 de enero una aplicación móvil que publicará información actualizada relativa a investigaciones anticorrupción. Posteriormente, la comisisón también publicó sus detalles de contacto y direcciones en internet, así como los de sus agencias de nivel provincial, para que los ciudadanos puedan hacer denuncias.
Durante la sesión plenaria de la CCCD celebrada el martes, el mandatario chino hizo hincapié en que la reforma del sistema de disciplina del PCCh debe continuar, así como la mejora de la innovación institucional y la supervisión, y exigió que la disciplina y las reglas se sitúen en un lugar de mayor prominencia.
A pesar de que la campaña sólo puede aliviar los síntomas, hay razón para el optimismo al creer que continuar con la lucha contra la corrupción con mejores instituciones puede ser una cura para esta enfermedad.