MADRID, 29 mar (Xinhua) -- El impulso de China para la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) simboliza el nuevo empuje de la región y el suyo propio y constituye un complemento útil para el orden financiero mundial, dotándose de mecanismos transformadores que trasladarán a otros órdenes el creciente peso global de las economías de la zona.
Así lo señaló el director del Observatorio de la Política China, Xulio Ríos, en una entrevista con Xinhua después de que el 27 de este mes la vicepresidenta española, Soraya Saénz de Santamaría, anunciara en una conferencia de prensa que el Gobierno español ya ha remitido a su homólogo chino una carta manifestando el interés del país en participar como socio fundador del proyecto.
Ríos indicó que el banco supone una gran oportunidad de negocio para las empresas europeas, lo que explica la reacción de Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Suiza y Luxemburgo, que han resistido las presiones iniciales de EEUU para boicotear la iniciativa y se han sumado a la propuesta como países fundadores.
China rechaza las críticas que asocian su propuesta con un intento de erosionar las instituciones multilaterales existentes o de crear nuevas estructuras de poder global sensibles a sus intereses. No obstante, es evidente que su aparición puede reducir la influencia de Washington en la región, esgrimió Ríos.
EEUU, argumentó el analista, expresó sus reservas con excusas diversas pero a nadie se le escapa que su férreo control del FMI o del Banco Asiático de Desarrollo pasará a ser insuficiente para frenar a su principal rival potencial.
En las últimas semanas, el premier chino, Li Keqiang, instó al FMI a incluir su moneda, el yuan, en la canasta de derechos especiales de giro, sin muchas garantías de que pueda lograrlo. La distribución del poder de votación en estas organizaciones ha quedado anticuada y se ha demostrado que las reformas no son viables por la oposición de EEUU, expuso Ríos.
China dice querer asumir así responsabilidades claras y mayores en un orden, el financiero, que puede tener consecuencias importantes en una región donde las necesidades de inversión en infraestructuras se cuantifican por algunos expertos en unos 8 billones de dólares estadounidenses.
El siguiente paso apunta a una mayor liberalización del yuan y su convertibilidad, lo cual supondrá para China asumir importantes riesgos debido, entre otros, a una mayor exposición a las crisis internacionales.
El experto destacó que la conjugación del gran poder financiero del país y la mejora de sus competencias técnicas en determinadas áreas permiten que Asia pueda abrir la puerta a un nuevo impulso a fin de equipararse en términos de desarrollo con otras áreas geopolíticas del globo.
La propuesta china, que tiene otro complemento importante en el Banco de Desarrollo de los BRICS, representa un importante desafío para el liderazgo nipón-estadounidense en la región, pero igualmente sugiere la inminente renovación institucional internacional.
El banco puede convertirse en una herramienta geoestratégica y es inseparable de otros proyectos como la Franja y la Ruta Marítima de la Seda, que determinan el surgimiento de terceras capacidades para generar realidades económicas nuevas, no dependientes del influjo occidental, aún hegemónico, manifestó.
Es obvio que China apuesta por una multipolaridad efectiva que no se va a decretar de un día para otro pero sí se plasmará paso a paso con medidas y decisiones como esta, concluyó.