BEIJING, 10 ene (Xinhua) -- China ha lanzado una nueva ronda de reformas integrales y profundas en los campos económico, político, cultural, social y ecológico, las cuales no solo consolidarán los fundamentos del "sueño chino" sino que también aportarán oportunidades de cooperación para otros países y para el mundo entero.
El año 2014 marcó el primer año completo de la reforma integralmente intensificada, en la que l a reforma económica constituye una de sus tareas clave.
Para impulsar las reformas, China ha implementado una serie de medidas concretas, como la delegación y supresión de cientos de trámites de revisión y aprobación administrativos, lo que ha propiciado una gran vitalidad en el mercado y ha promovido la innovación.
"Después de mostrar un gran liderazgo económico, especialmente durante la reciente crisis financiera global, China ha fijado su vista en su próximo destino, que tiene por objetivo (un crecimiento) de mayor calidad, más inclusivo y más sostenible", afirmó la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Largarde.
La economía de China se mantuvo, en general, en una senda razonable durante el último año, a pesar de algunos titubeos, y sus esfuerzos por actualizar y optimizar varias industrias han producido resultados iniciales positivos.
En la primera mitad de 2014, la tasa de crecimiento del sector servicios sobrepasó a la de la industria manufacturera, lo que indica un cambio significativo en el ajuste y la transformación estructural de la economía china.
Al tiempo, el mercado laboral del gigante asiático ha demostrado su resistencia pese a la ralentización del crecimiento económico, con la previsión de que se creen más de 13 millones de nuevos puestos de trabajo este año.
Guiada por la teoría de la "nueva normalidad", la economía china está cambiando de un crecimiento de alta velocidad a uno de velocidad media y alta, con una estructura económica continuamente optimizada y un modelo de crecimiento que pasa de ser impulsado por la inversión a serlo por la innovación.
"Este programa de reformas asegurará el 'sueño chino' para la próxima generación, y haciéndolo de este modo, beneficiará al conjunto de la economía global", enfatizó Largarde.
De hecho, China ha apostado por facilitar una economía mundial abierta, con iniciativas como la "Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI", el "Cinturón Económico de la Ruta de la Seda", el Banco de Desarrollo de los BRICS y el Fondo de la Ruta de la Seda.
Como los expertos han afirmado, la reforma integralmente intensificada de China desencadenará enormes demandas en los mercados, que estimularán no solo su propio crecimiento doméstico impulsado por la demanda, sino también la recuperación de la economía mundial.
Según las estimación del FMI, la contribución de China a la economía global es la mayor del mundo, alcanzando el 27,8 por ciento en 2014.
Además, se prevé que el crecimiento de China impulsado por su reforma estructural contribuya entre un 30 y un 40 por ciento al objetivo del G20 de lograr un crecimiento adicional del 2 por ciento en los próximos cinco años.