Pau Ramírez
VIÑA DEL MAR, Chile, 20 jun (Xinhua) -- El argentino Lionel Messi tuvo un plácido partido, el número 100 en el que defiende la camiseta albiceleste, aunque ni el rival, ni el marcador ni el escenario resultaron ser los más adecuados para la fiesta del mejor jugador del mundo.
El partido 100 llegó también sin la presencia de su seleccionador, Gerardo "Tata" Martino, quien cumplió en el banquillo un partido de sanción tras su expulsión en el partido contra Uruguay.
Otro viejo conocido en el Camp Nou, Jorge Pautasso, tuvo el honor de dirigir a Messi el día en el que cumplió los 100 partidos con la bicampeona del mundo.
Los "reggae boys" (Jamaica), uno de las dos selecciones invitadas al torneo, mostraron desde el inicio su clara inferioridad, y sólo la falta de acierto de los argentinos hizo que no se llegara al descanso con un claro 4 o 5 a favor de los argentinos.
El escenario fue el modesto estadio Sausalito de Viña del Mar, sede del Everton, ahora en la segunda división chilena, ante 21.083 espectadores, que abarrotaron la grada uniforme de un sol nivel que rodea el campo.
Leo, eso sí, jugó como en casa, ante la ausencia de aficionados jamaicanos y la masiva presencia de argentinos.
Ante tal panorama, lo cierto es que Messi y sus compañeros se tomaron el partido con mucha calma y sin llegar a forzar la máquina en ningún momento.
El gol inicial del "Pipita" Higuaín llegó al minuto 10 (m10) y parecía anticipar una goleada de los argentinos, aunque al final acabó siendo una colección de goles perdidos.
El capitán de la albiceleste empezó el partido enganchado a la banda derecha, para posteriormente, ir hacia el centro de donde buscó en todo momento abrir juego a las bandas y asistir a sus compañeros. Messi no probó suerte a portería hasta el filo de la media hora, con un disparo cruzado desde la derecha que salió fuera por poco.
El aplastante domino argentino hizo que los jamaicanos se tomasen como una fiesta el primer lanzamiento de esquina que tuvieron, conscientes de su superioridad física. Ello casi le costó un infarto a su seleccionador, el alemán, Winfried Shafer, cuando vio que de los 10 jugadores de campo, nueve se fueron a rematar el lanzamiento y Argentina dejó en punta ni más ni menos que a Angel Di María y Messi.
Tras dejarse la voz histérico gritando y los dedos silbando para alertar a sus jugadores, finalmente logró que dos jugadores bajaran hasta el centro del campo para ayudar en el marcaje a los dos "cracks" argentinos.
Ante la falta de goles, el público se distrajo levantándose y poniéndose de pie para cantar el habitual "el que no salte es un inglés", y para abuchear de forma contundente a los pocos aficionados chilenos presentes, que se dejaron sentir con su clásico "chichichi, lelele", que fue respondido con una sonora pitada y un "el que no bote, es un traidor".
En la segunda mitad, Argentina dispuso de varias oportunidades en los primeros minutos para volver a superar el marco de Dwayne Miller, pero nuevamente careció de acierto.
Primero fue Di María con un disparo que rebotó en el larguero y posteriormente fue Messi, quien la tuvo en un lanzamiento de falta y en una vaselina que se quedó baja y que el portero caribeño logró atajar.
Al aprovechar que el segundo gol no llegaba, el público chileno volvió a cantar su "chichichi, lelele" y esta vez tuvieron que escuchar un"Chile tiene miedo"y "dónde está el Ferrari"", en alusión al coche que Arturo Vidal dejó dañado tras el accidente de tránsito de la estrella de La Roja esta semana.
La alegría de los argentinos acabó con el paso de los minutos y ni la entrada en el tramo final del Apache Tévez logró calmar la parroquia albiceleste, que vio como los jamaicanos, mejor físicamente, empezaron a rondar con peligro el marco de Sergio Romero en el tramo final, sin llegar a concretar en gol.
Un partido que no pasará a la historia por lo que se vio en el terreno de juego, pero sí porque permitió a Messi entrar en el selecto club de jugadores argentinos que llegan a los 100 partidos con la albiceleste.
Con 46 goles logrados, el "crack" azulgrana espera terminar el torneo con 103 partidos con la selección argentina y levantando el título de campeón, el auténtico objetivo de los actuales subcampeones del mundo y que sería el primero que gana Messi con su selección en categoría absoluta.