Por Chang Fuliang
BEIJING, 14 oct(Xinhuanet) -- Antes del nacimiento del universo, no había ni cielo ni tierra, sino algo oscuro en forma de huevo lleno de caos. Pangu estaba engendrándose dentro, un proceso que duró 18 mil años. Terminó haciéndose un gigante.
Al adquirir los sentidos, abrió los ojos y encontró una total oscuridad. No veía nada. Apresuradamente se arrancó un diente y lo transformó en un hacha para cortar lo que le rodeaba. De pronto el globo confuso de su envoltura se rompió y se separó en dos partes: una parte clara y ligera que ascendía, y otra parte borrosa y pesada que descendía, a la sazón desapareció la oscuridad. La primera elevándose, se convertía en cielo; y la segunda, mientras bajaba se transformaba en tierra.
Así nacieron el cielo y la tierra. Ambos continuaban aumentando de tamaño. Entonces Pangu se puso en medio de los dos bloques, y a su ritmo igualmente creciendo para que ellos no se reunieran. Este movimiento se prolongó otros 18 mil años, hasta que el cielo llegó a lo inaccesible, el globo terrestre se quedó tan voluminoso y Pangu se hizo el gigante más grandioso. De esta forma el héroe convivió con el cielo y la Tierra durante 18 mil años más.
Al morirse Pangu el ojo siniestro voló al cielo convirtiéndose en el Sol para dotar de luz y esperanza a la tierra, y el ojo diestro se lanzó a la atmósfera transformándose en la Luna para ofrecer iluminación de noche.
Mientras tanto, de su último suspiro se generaron el viento, las nubes así como la neblina, y de sus voces el trueno; sus pelos se convirtieron en estrellas que adornaban el firmamento; su sangre dio origen a los ríos, lagos y océanos; sus músculos se transformaron en vastos ampos fértiles, los huesos en vegetaciones, los tendones en caminos, los dientes en piedras y metales, el sudor en lluvia...
También se dice que las cinco montañas destacadas en la cultura china, Taishan, Huashan, Huangshan, Hengshan y Songshan, fueron respectivamente la cabeza, los pies, los brazos y el vientre del gigante.
