En China: Ramadan en la región de sismo

Actualizado 2015-07-17 09:45:47 | Spanish. xinhuanet. com

HOTAN, China, 16 jul (Xinhua) -- Mahsum Murat luce una desolada expresión mientras recoge ladrillos y madera de su vieja casa que quedó destrozada por el sismo de 6,5 de magnitud ocurrido en China a principios de este mes.

Es el mes sagrado del Ramadan, y los musulmanes no tienen permitido comer o beber desde el amanecer hasta que anochece. El calor del verano ha puesto a prueba la resistencia de su cuerpo y de su espíritu.

A medio día, Murat busca dos hogazas de pan, un popular bocadillo local, dos botellas de agua y un pequeño tazón de arroz frito de un centro temporal de atención establecido por el gobierno de China después del sismo que sacudió el distrito de Pishan en la Prefectura de Hotan el 3 de julio y que dejó tres muertos y 71 lesionados.

"Las clases terminaron, mis dos hijos pronto regresarán", comenta. "Los adultos pueden soportar el hambre, pero los chicos son demasiado jóvenes para sufrir".

El sismo dañó 12.000 casas y 66.000 personas han sido evacuadas.

Murat tuvo suerte de que nadie de su familia resultara herido a causa del sismo ya que en 2003 se trasladaron a una nueva casa a prueba de sismos que patrocinó el gobierno. La casa de adobe de 80 años de antigüedad en la que vivían antes quedó completamente destruida por el temblor.

Durante el Ramadan, que inició el 18 de junio, Murat ora cinco veces al día de acuerdo con las doctrinas Islámicas. Debido a que la única mezquita de la aldea quedó dañada por el sismo, Murat y su padre oran en su casa.

"Oramos por los miembros de nuestra familia y por los vecinos", dijo. "Espero que la vida regrese a la normalidad tan pronto como sea posible".

Varios camiones van y vienen de una estación de recepción de productos en la cabecera del distrito, que distribuye harina, arroz y fideos instantáneos. Cada paquete está claramente marcado como "halal" (carne sacrificada según la ley musulmana).

"Los donadores respetan las costumbres locales y cada pieza de alimento transportada a la región sacudida por el sismo está limpia y es halal", explicó Ghumaljan Haxim, encargado de la estación.

La vida continúa en el pueblo Pixna, la región más afectada por el sismo. Los puestos de frutas y alimentos aumentan en la plaza frente a la sede del gobierno local.

Murat se prepara para el Eid al-Fitr, un festival que marca el fin del mes sagrado del Ramadan, y tendrá lugar el sábado.

"Espero que mis hijos estrenen ropa durante el festival", dijo. "Eso los hará felices y olvidarán las penas provocadas por el sismo".

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