Por Olga Carina López Viúrquez
MEXICO, 5 mar (Xinhua) -- Connotados artistas plásticos de América Latina como Fernando Botero, Diego Rivera, Oswaldo Guayasamín, Pérez Celis, Nicolás Guttero y Rufino Tamayo, retratan a la mujer desde distintas perspectivas que han marcado hitos en la historia del arte por el misterio que las rodea, y maravillan a espectadores de todo el mundo.
La figura femenina en el arte ha dejado atrás las fronteras territoriales, llevando esta expresión artística fuera de los límites de los museos en América Latina, logrando que el público de distintos países pueda admirar e identificarse con cada una de las obras.
Un ejemplo de ello son las creaciones del reconocido pintor colombiano Fernando Botero, de 82 años, quien posee la magia innata de revelar, sin firmar, la autoría de sus obras.
Famoso por pintar mujeres con exceso de peso, este artista asegura que lo que él busca y pinta es el volumen de los seres vivos. "Una mujer, un hombre, un perro o un caballo, lo hago siempre con esa idea", dijo el colombiano en una entrevista concedida al diario español "El Mundo".
El colombiano explicó que lo que ocurre es que, como "las mujeres son lo más bello que existe, pues la gente las nota más".
Según Botero, la belleza del arte y la belleza de la naturaleza son dos cosas distintas. "Una mujer bella traducida al arte es banal (...) nos puede parecer que no son dignas de ser pintadas; sin embargo, son bellas", afirmó.
Entre sus obras más importantes destacan: "Mona Lisa a los doce años", "Las costureras", "Adam y Eva" y "Una familia".
LOS 27 DIBUJOS DEL MEXICANO RIVERA
Por su parte, el mexicano Diego Rivera, considerado el pintor más importante del siglo XX, realizó unos 27 dibujos al desnudo de su amiga Dolores Olmedo, quien también era compañera de su esposa y pintora mexicana Frida Kahlo.
Olmedo conoció a Rivera en la Secretaría de Educación Pública (SEP) de México en 1928. "Doña Lola", como también se le conocía, recordaba que el día que conoció al maestro ella acompañaba a su madre, María Patiño Suárez viuda de Olmedo, quien tenía que realizar un trámite escolar.
Llegaron a la SEP, donde Diego pintaba sus murales. Al maestro le llamó mucho la atención "Lola" -como ella aseguraba- "seguramente por mis largas trenzas, mis ojos de china o algo así por el estilo, porque inmediatamente le pidió a mi madre que me dejara posar para él".
Su madre, que era amiga de artistas y mujer culta, no se negó.
En 1954, tras la muerte de Kahlo, Olmedo vuelve a encontrarse con Rivera, por lo que retoman la amistad que surgió 20 años atrás y que perduraría hasta la muerte del pintor en 1957.
LA EDAD DE LA TERNURA DE GUAYASAMIN
El destacado pintor, dibujante, escultor, grafista y muralista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, fue autor de cerca de 100 esculturas, desde pequeñas figuras, cabezas, torsos desnudos de mujeres, fuentes, móviles, hasta gigantescas estatuas de 22 metros de altura.
La etapa conocida como "La Edad de la Ternura", es una serie que Guayasamín dedica a su madre y las madres del mundo, y en cuyos cuadros se puede aprecian colores más vivos que reflejan el amor y la ternura entre madres e hijos, y la inocencia de los niños.
En la mayoría de sus obras trata temas sociales, refleja el dolor y la miseria que soporta la mayor parte de la humanidad, y denuncia la violencia que ha vivido el ser humano como las guerras civiles, los genocidios y las dictaduras.
En opinión de la primera mujer indígena que ganó el Premio Nobel de la Paz (1992), Rigoberta Menchú, Guayasamín fue un hombre de convicción latinoamericana y luchador por la democracia.
"Su obra refleja su profundo compromiso con el progreso social y con los pueblos marginados y explotados", consideró Menchú al ser entrevistada en ocasión de la muerte del ecuatoriano en 1999.
EL HOMENAJE A LAS MUJERES DE PEREZ CELIS
El pintor, escultor, muralista y grabador argentino Pérez Celis hizo un tributo a la mujer contemporánea mediante un homenaje a su madre y sus dos esposas: Pepa, Sara e Iris, respectivamente.
A través de la muestra denominada "Tributo", que se presentó con gran éxito en Argentina en 2001, Pérez Celis muestra su gratitud hacia las tres mujeres más presentes en su vida con un tríptico de gran tamaño y fuerte contenido simbólico.
Pérez Celis, quien falleció en 2008, realizó numerosas exhibiciones individuales y colectivas en varias partes del mundo, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Europa y Japón.
Sus trabajos se pueden admirar en la actualidad en colecciones privadas del Museo de Arte Moderno (MOMA, por sus siglas en inglés) de Nueva York, así como en el Museo Municipal de Arte Moderno en Ecuador y el Museo de Bellas Artes en Caracas, Venezuela.
LAS BAÑISTAS DE GUTTERO
El artista argentino Alfredo Nicolás Guttero no pudo ser ajeno a la representación de la mujer en sus obras; las pintó a manera de ensayos para sus ideas, moldes o estereotipos, según el propio Guttero.
En algunas de sus obras muestra a la mujer soberbia, como en "Georgelina", con una desconfianza montada sobre párpados caídos, el lazo negro de su sombrero se vuelve camino y apenas se nota la ínfima sonrisa de sus labios.
En la pieza "Bañistas Florentinas" se incluyen detalles del naturalismo, en la que se plasman actitudes sensuales de sus bañistas enfundadas en enterizos, y destacando detalles realistas como la ropa mojada pegada a las formas redondas de los cuerpos, o el vello remarcado en las axilas de las mujeres.
También realizó desnudos como "Susana y los viejos", un óleo de grandes dimensiones donde el cuerpo de la mujer aparece iluminado con una luz crepuscular donde la trenza negra del personaje cae por el centro del cuerpo mientras otros personajes la observan codiciosos desde la media sombra del fondo del cuadro.
Guttero (1882-1932) fue uno de los artistas claves de la historia del arte en Argentina. Sus pinturas y yesos cocidos, técnica personal inventada por el pintor en 1927, constituyen un cuerpo de obras que lo ubican entre los principales protagonistas de la modernidad.
OLGA EN LA OBRA DE TAMAYO
El famoso muralista mexicano Rufino Tamayo contrajo matrimonio con Olga Flores Rivas en 1934; a partir de entonces, la figura de su esposa le permitió practicar con mayor intensidad y penetración el género femenino en el retrato.
Olga desempeñó un papel fundamental como intermediaria plena en la promoción de la obra y persona del artista mexicano, lo que habría originado incontables retratos hechos a lápiz, óleo, pastel y acuarela, entre 1934 y 1982.
De acuerdo con los críticos de arte, las obras de Tamayo inspiradas en la mujer "son profundos poemas motivados por el amor profesado a un ser concreto: Olga".
En la pintura "Olga. Retrato dinámico", la figura de su esposa se expande en el espacio a la manera de ciertas esculturas de los futuristas italianos.
Tamayo fue principalmente pintor, pero también un destacado muralista, así como excelente dibujante y artista gráfico.
El artista plástico fue uno de los primeros que definió la modernidad en la pintura mexicana. A las influencias de lo autóctono mexicano sumó influencias formales del modernismo europeo.
Además, Tamayo fue de uno de los pocos muralistas latinoamericanos que alcanzó un gran relieve y una difusión internacional.
De esta manera, consagradas figuras de las artes plásticas en América Latina se han dejado seducir ante las múltiples cualidades y encantos de las mujeres en distintos escenarios y etapas de la época contemporánea.