MEXICO, 12 feb (Xinhua) -- Roberto García Moll, una de las figuras señeras de la arqueología, cuyas aportaciones ampliaron el horizonte de esta disciplina en México, murió hoy a los 72 años, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mexicano.
Su trayectoria en el INAH abarcó más de 40 años, donde desarrolló diversos proyectos de investigación y ocupó distintos cargos administrativos, entre ellos la dirección general del Instituto, de 1989 a 1992.
Investigador emérito del INAH, estudió arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y obtuvo la Maestría en Ciencias Antropológicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1973, a los 30 años de edad, dirigió uno de los proyectos más ambiciosos del INAH: el Proyecto Arqueológico de Yaxchilán, en Chiapas, emprendiendo una investigación de largo aliento en el mundo maya que abarcó 12 temporadas.
Los resultados de la investigación salieron a la luz en numerosos libros, artículos y ensayos, que se vieron enriquecidos cuando entre 1981 y 1987 dirigió los proyectos arqueológicos de Bonampak y Palenque, en Chiapas. El último proyecto que encabezó fue en Pomoná, Tabasco.
Entre 1972 y 1982 realizó las excavaciones en el Ex Convento de San Jerónimo, conocido como Claustro de Sor Juana, a través de las cuales se tuvo conocimiento del complejo mundo conventual femenino.
Nacido en Puebla en 1943, García Moll tuvo la inquietud desde la adolescencia de estudiar arqueología, vocación que se definió cuando José Luis Lorenzo, quien era director del Departamento de Prehistoria del INAH, lo invitó a participar en algunas de sus excavaciones.
Otras investigaciones que realizó antes de Yaxchilán fueron en Tlalilco, estado de México; en Baja California Sur, donde hizo un estudio sobre cazadores-recolectores, y en Tepapayeca, Puebla, donde llevaba a sus alumnos de la ENAH para que realizaran sus prácticas de campo.
Fue autor de más de 200 publicaciones, entre libros, artículos, informes, peritajes, catálogos fotográficos y conferencias, destacando los volúmenes Análisis de los materiales arqueológicos de la cueva del Texcal, Puebla (1977); Palenque, Xupa y Finca Encanto (1982), entre otros.
"Su enorme producción bibliográfica y trabajo académico representan una valiosa aportación para los estudios de la arqueología en México, disciplina a la que le otorgó grandeza" , agregó el INAH.