Por Sandra Hernández
MEXICO, 7 abr (Xinhua) -- Culturas tan distintas y distantes como la de China y Mesoamérica quedaron unidas desde la antigüedad por una piedra preciosa llena de simbolismo y características físicas sobresalientes: el jade.
Llamado yu en mandarín, ya'ax chich hun en maya y chalchihuitl en náhuatl, el significado del jade como piedra preciosa fue compartido por esas culturas tan alejadas geográficamente. La cosmovisión de chinos y mesoamericanos curiosamente coincide en lo referente al simbolismo, usos rituales y asociación del jade con el poder.
Jade es el nombre genérico de dos gemas distintas, la nefrita y la jadeíta. La primera es más suave, por eso es utilizada para el tallado de figuras. En cambio, la jadeíta, es más dura y difícil de encontrar, lo que la vuelve más valiosa.
El jade es una piedra de gran dureza, de textura fina, traslúcida, brillo intenso cuando está pulida y emite un sonido nítido cuando se le golpea. Tiene una amplia gama de tonalidades, que van desde el verde intenso, verde claro, gris, blanco, amarillo, naranja, violeta, rojo, hasta el negro.
Además de sus cualidades físicas, apreciadas para la elaboración de herramientas y armas, a esta piedra se le han atribuido propiedades medicinales, de purificación y de atracción de la buena fortuna.
Las culturas maya y mexica, en la región mesoamericana (desde el centro-sureste de México, la península de Yucatán, Chiapas, la zona norte de Centroamérica, Guatemala, Belice y Honduras, así como parte de Costa Rica) sentían un gran aprecio hacia esta piedra preciosa, a la que llegaron a valorar más que al oro y la plata.
COMPAÑERO DE EMPERADORES CHINOS Y DIGNATARIOS MESOAMERICANOS
El jade era muy apreciada por los emperadores chinos por considerarlo un medio para alcanzar la inmortalidad. Esa es una de las razones por las que se utilizó en rituales y objetos funerarios imperiales.
El aprecio hacia esta piedra preciosa en China se remonta a miles de años, algunos historiadores calculan que desde hace 9.000 años, y tuvo usos tanto utilitarios como ceremoniales. Existen vestigios de jade de ceremonias rituales desde el año 5000 hasta el 1700 antes de Cristo.
En las tumbas de emperadores se han hallado una gran cantidad y variedad de objetos hechos de jade. Al parecer se buscaba que las cualidades atribuidas a la piedra preciosa, como nobleza y perfección, impidieran el deterioro del cuerpo de los nobles chinos.
Existen evidencias de que los antiguos chinos colocaban en la boca de los muertos una figura delgada de jade en forma de cigarra y en una mano un cerdito del mismo material. Creían que la cigarra renacería tras mudar de piel, un simbolismo sobre la reencarnación, y que el cerdito crecería rápidamente, lo que incrementaría la riqueza de la familia del difunto.
Durante la dinastía Han (aproximadamente del 206 antes de Cristo al 220 después de Cristo) se confeccionaron trajes de jade para vestir a los emperadores o nobles fallecidos. Las túnicas eran confeccionadas para que se ajustaran a la perfección al cuerpo del muerto. Las pequeñas placas de jade que formaban la vestimenta eran cosidas con hilo de oro si se trataba de un emperador, de plata si eran reyes y princesas, y de cobre para otros funcionarios o nobles de menor nivel.
En ese entonces se creía que el jade absorbía las mejores cualidades de la montaña, lo que ayudaría a preservar el cuerpo de los fallecidos en el más allá. Los arqueólogos chinos han descubierto cerca de 20 de esos trajes de jade.
Al igual que para la cultura china, en la mesoamericana el jade era altamente valorado por considerarlo un símbolo de poder y por su relación con sus creencias mágico-religiosas. Era utilizado como un adorno que otorgaba al portador protección y estatus social. En la cultura maya, alrededor del 600 y 300 antes de Cristo, el uso de pectorales de jade era un símbolo de poder.
En Altun Ha, un sitio en Belice donde se asentó una ciudad maya, los arqueólogos descubrieron la Tumba Verde, integrada por más de 300 piezas de jade.
La presencia del jade en Honduras y Guatemala también es sobresaliente. En esos dos países se han encontrado valiosos objetos de jade como máscaras, placas, vasos y figuras ornamentales en forma de seres humanos o de animales, como el jaguar.
El Valle de Montagua en Guatemala es una de las fuentes principales de la piedra preciosa en la región.
Como sucedió en la cultura china antigua, en la maya se colocaban sobre los cuerpos de los nobles y gobernantes fallecidos máscaras y objetos de jade para garantizarles la eternidad.
México también cuenta con ejemplos sobresalientes de diseños de jade. En el estado de Campeche, en el sureste del país, se ubica en medio de la selva la zona arqueológica de Calakmul. En varios entierros de la zona se hallaron máscaras de jade, que destacan por las expresiones humanas que les otorgaron sus creadores.
La zona arqueológica maya de Palenque, en el estado mexicano de Chiapas, es otro sitio destacado por su arquitectura, pero también por los objetos de jade que se han descubierto en las tumbas de importantes personajes mayas.
Por ejemplo, en el Templo de las Inscripciones se halló la tumba de K'inich Janahb' Pakal, un importante gobernante de la ciudad. A su deceso se le colocó una máscara, cuyo diseño a base de mosaicos de jade destaca por su fuerte carácter humano. Además, en su sarcófago se hallaron 1.042 objetos de la piedra verde. Por eso es considerado uno de los vestigios funerarios más importantes de Mesoamérica.
Las prácticas funerarias de la cultura china y la mesoamericana tienen otra coincidencia relacionada con el jade. Así como se colocaba una cigarra de jade en la boca de algunos personajes chinos de alto nivel, en algunos entierros mesoamericanos se ha descubierto una cuenta redonda de jade en la boca de los dignatarios.
El jade, elemento fundamental en los rituales chinos y mesoamericanos, une eternamente a dos culturas con su belleza, virtud y perfección.
EL JADE EN LA ACTUALIDAD
A pesar de la desaparición de los emperadores chinos y de los grandes dignatarios mesoamericanos, el jade sigue siendo apreciado en la actualidad, pero más para el regocijo de los vivos.
La idea de que la piedra tiene propiedades medicinales e incluso mágicas para alejar la mala suerte y atraer la buena fortuna sigue vigente en China, donde se cree que el jade funciona como enlace entre el mundo físico y el espiritual.
Algunos chinos contemporáneos creen que el uso de una pulsera de jade puede alejar el miedo de los niños asustadizos, mejorar la circulación o absorber la energía negativa. Incluso se dice que el jade cambia de color de acuerdo con el estado de ánimo, edad y salud de quien lo usa.
La delicadeza y elegancia de esta piedra preciosa la ha vuelto popular en la elaboración de joyas. Anillos, pulseras, collares, aretes y dijes de diseños elaborados o sencillos llenan los escaparates tanto de tiendas modestas como de grandes almacenes comerciales.
En una subasta de Christie's realizada en mayo de 2013 en Hong Kong, un anillo de jadeíta se vendió en 2,6 millones de dólares, cinco veces más que su precio estimado. Un collar de cuentas de jade fue comprado por un coleccionista en 1,3 millones de dólares.
La tradición cultural también es un factor de peso en el creciente interés de inversionistas chinos en esta piedra, que es asociada con la pureza y la longevidad. A diferencia del oro, cuyo precio ha registrado un crecimiento modesto o incluso un decremento, el jade ha mantenido desde hace algunos años una tendencia alcista. Por lo tanto, es considerado una buena inversión a largo plazo.
Los analistas calculan que el precio del jade se incrementará entre 15 y 20 por ciento anualmente.
Myanmar es el principal productor de jade de alta calidad a nivel mundial. Debido a la gran demanda, sobre todo de China, el precio del material birmano ha alcanzado niveles históricos. Por ejemplo, en el año fiscal 2011-2012 el país produjo cerca de 43 millones de kilogramos, lo que generó ingresos de entre 4.300 y 8.000 millones de dólares, de acuerdo con cálculos de analistas del sector.
Hpakant es el sitio de producción de jade más importante de Myanmar. El país ha enfrentado dificultades en la extracción y exportación de jade debido a los conflictos. Los enfrentamientos ocurren en las montañas del estado Kachin, a unos 350 kilómetros de donde se extrae la piedra preciosa.
Por ese motivo, el valor de la exportación de jade fue de apenas 1.003 millones de dólares en el año fiscal de 2014 a 2015, a diferencia de los 1.170 millones de dólares del año previo, informó la semana pasada el Ministerio de Comercio del país.
Durante mucho tiempo, el gobierno de Myanmar tuvo el monopolio de la extracción y exportación de jade, su principal producto minero, pero desde la década de los 90 permitió que el sector privado incursionara gradualmente y ahora tiene una participación significativa.
El jade, piedra que en el pasado desempeñó un papel muy importante en diversas culturas, sigue lleno de vida en el presente y conservará su esencia en el futuro.