RIO DE JANEIRO, 3 feb (Xinhua) -- China incrementa cada vez más sus inversiones hacia el exterior y Brasil debe aprovechar esta oportunidad de abrazar un nuevo inversionista, expresó este martes Marcos Troyjo, director del BRICS Lab del Instituto de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia, Estados Unidos.
Junto a otros analistas y expertos sobre relaciones chino-brasileñas, Troyjo tomó parte en el Desayuno Chino, foro celebrado periódicamente por el Consejo de Comercio China-Brasil en Río de Janeiro. Los expertos analizaron el futuro del comercio bilateral, que es esencial para el país sudamerciano.
Brasil y China experimentan momentos diferentes, o hasta opuestos, en su proceso de desarrollo, analizó Troyjo. China realiza la llamada "gran extroversión", proceso a través del cual incrementa su importancia económica, política y militar en el mundo. El país asiático también aumenta las inversiones en estudio, exploración e innovación.
Brasil, por el contrario, sufre una introversión, en tanto que, por varias razones, su importancia en el mundo se va perdiendo en los escenarios tanto económico como político, agregó.
China constituye el mayor socio comercial de Brasil, responsable del 18 por ciento del comercio exterior brasileño. El comercio entre los dos países, pese a una leve caída, acumuló 78 mil millones de dólares estadounidenses el año pasado.
Sin embargo, en América Latina de modo general existe una desproporción entre el peso de China como socio comercial y como inversionista directo extranjero, señaló Troyjo.
Según el especialista, China aumenta cada día su presencia como financiador e inversionista extranjero, y Brasil puede atraer inversiones en sectores como infraestructura para promover un crecimiento muy necesario en este campo.
No obstante, Troyjo consideró que la política de contención del gobierno brasileño, que establece una porción mínima de productos localmente fabricados en muchos sectores, podría distanciar tales inversiones.
"Si Brasil continúa con su política de privilegiar los productos locales, que es un instrumento de política industrial pero finaliza con daños para su competitividad, creo que las actuales inversiones chinas no tendrán futuro", indicó.
Larissa Wachholz, de la compañía de inversiones Vallya y también participante del foro, expresó que China ya es sofisticada en su persecución de inversiones en el país, y los inversionistas chinos ya contratan compañías consultoras y abogados locales para ayudarles en sus esfuerzos por entrar en el mercado brasileño, algo que no sucedía hace algunos años.
Al mismo tiempo, como algunas empresas brasileñas sufren dificultades debido a la actual situación económica, deberán entonces mostrarse más abiertas a las inversiones, asociaciones, fusiones y adquisiciones extranjeras en 2015, comentó.
Mientras tanto, las inversiones chinas en Brasil no son la única cosa importante, el lado opuesto también tiene gran potencial. Según Wachholz, algunos sectores en que Brasil es fuerte, tales como carne procesada, pueden lograr una gran respuesta del mercado chino. "Eso depende de nosotros, pero sí existe interés verdadero de China en esta área", dijo.
Además, el "branding" también constituye un gran desafío para Brasil, añadió Wachholz, pues el país ya llegó tarde al mercado chino.
"Si Brasil puede conseguir llegar al mercado chino con marcas y no sólo con productos sería muy interesante, pero este es un proceso que necesita muchos años y no se reflejará en la balanza comercial muy rápidamente", apostilló.
Todos los participantes del foro coincidieron en que Brasil necesita asumir una posición estratégica en su comercio.