BEIJING, 6 jun (Xinhua) -- Por motivos ulteriores, algunos medios y políticos estadounidenses tienen el hábito de culpar a China por cualquier supuesto ciberataque contra Estados Unidos. Tales acusaciones infundadas dañan con toda seguridad la confianza mutua entre las dos grandes potencias mundiales.
Una nueva oleada de críticas contra China alcanza actualmente un nuevo nivel en Estados Unidos, incluida la más reciente acusación contra China por un ataque cibernético contra las redes informáticas federales para robar información de su personal.
Sin pruebas, la prensa norteamericana llegó a la conclusión de que el ciberataque fue realizado por piratas informáticos desde suelo chino. Después que el ataque fuera calificado de asunto de seguridad nacional, los investigadores estadounidenses tienen a China como un "posible culpable".
Los ataques cibernéticos, conducidos por lo general anónimamente y entre países, son difíciles de rastrear. No resulta responsable ni científico utilizar siempre términos vagos como "probable" o "sospechoso" antes de llevar a cabo investigaciones exhaustivas.
La realidad es que China es víctima de los ataques cibernéticos, y que el "Tío Sam", que cuenta con la tecnología cibernética más avanzadas y poderosa, y más importante que (Estados Unidos) se ha autoproclamado como policía del mundo, ha podido convertirse fácilmente en un gran pirata cibernético tanto en el país como en el extranjero.
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA, siglas en inglés) ha interceptado las comunicaciones en Internet de los residentes norteamericanos sin autorización legal desde 2012, según las últimas revelaciones publicadas el jueves en el diario The New York Times.
La información recopilada va desde correos electrónicos privados a secretos y transacciones comerciales, según los reportajes basados en las filtraciones de Edward Snowden, ex contratista de la NSA.
Además, la referida agencia atacaba a supuestos piratas informativos antes de que pudieran establecer vínculos con gobiernos extranjeros, de acuerdo con las revelaciones.
Estados Unidos siempre apela a la jugarreta del ladrón que grita "¡detengan al ladrón!" Mientras que rara vez dio una respuesta directa a las amplias preocupaciones por las horrendas revelaciones sobre sus programas de espionaje informativo, algunos en el país, por motivos ulteriores, toman habitualmente a China como chivo expiatorio, lanzando repetidamente acusaciones infundadas contra China.
Esas acciones socavan la confianza y el respeto recíprocos entre los dos países, piedra angular para el establecimiento de un nuevo modelo de relaciones entre grandes potencias, consenso alcanzado entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, en junio de 2013.
China se opone firmemente y lucha contra toda forma de ciberataque, a la vez que está dispuesta a emprender la cooperación internacional sobre ese asunto en un esfuerzo para ayudar a construir un ciberespacio pacífico, seguro, abierto y cooperativo.
Estados Unidos debe descartar las sospechas, atenerse de realizar acusaciones infundadas, mostrar mayor confianza y desarrollar una mayor cooperación en esta área.