El incendio del lunes fue un muy necesario recordatorio de este segmento de la sociedad a menudo ignorado, que desafortunadamente costó 38 vidas.
El incidente también demuestra que las autoridades no deben dejar pasar los resquicios de seguridad en lugares como asilos y hospitales en la medida en que buscan el crecimiento económico.
Además, tanto el gobierno como la sociedad en conjunto deben reflexionar sobre cómo hacer más para mejorar la vida de los ancianos.
Los funcionarios deben siempre tener en mente la administración de la seguridad, y aplicar técnicas más efectivas de inspección necesarias para evitar tragedias similares en el futuro.