BEIJING, 26 may (Xinhua) -- El presidente de China, Xi Jinping, ordenó hoy martes que se hagan "todos los esfuerzos posibles" para tratar a los heridos, consolar a los familiares de las víctimas mortales y "manejar de manera apropiada" los asuntos relativos al incendio ocurrido el lunes en una residencia de ancianos de la provincia de Henan, en el centro del país.

Xi exigió una investigación a fondo de las causas del incendio, que ha dejado 38 muertos y 6 heridos, para que se les exijan responsabilidades a los causantes de la tragedia.

El mandatario chino pidió a los departamentos de salud y seguridad del país "que tengan en mente la administración de la seguridad", supervisen y eliminen riesgos, e introduzcan medidas de seguridad para evitar accidentes.

El primer ministro chino, Li Keqiang, también dio instrucciones, exigiendo mayores esfuerzos por tratar a los heridos y consolar a los familiares de las víctimas.

Li urgió a los funcionarios a que extraigan lecciones del accidente y controlen todo tipo de riesgos de seguridad para evitar similares accidentes.

El Ministerio de Seguridad Pública y la Administración Estatal de Seguridad Laboral enviaron de inmediato grupos de trabajo al lugar, donde las operaciones de rescate siguen en marcha.

El incendio ocurrió en la residencia de ancianos privada Kangleyuan, ubicado en el distrito de Lushan, ciudad de Pingdingshan, donde se alojaban 51 ciudadanos de la tercera edad.

Los seis heridos, dos de los cuales están en condiciones graves, han sido hospitalizados, informaron las autoridades locales.

Parientes de algunos de los residentes del asilo relataron a Xinhua que la identificación de sus familiares había sido muy difícil. "Los cadáveres estaban tan quemados que no podíamos saber quién era quién".

La residencia contaba con la aprobación de las autoridades de asuntos civiles locales desde finales de 2010. Localizado en la sede del gobierno de Lushan, el centro cubre un área de dos hectáreas y tiene una superficie de suelo construido de 600 metros cuadrados.

China se enfrenta al serio desafío de una población que envejece rápidamente, y que a finales de 2014 suponía el 15,5 por ciento de la población total.