COMENTARIO: Es obligación de la comunidad internacional salvaguardar el resultado victorioso de la Segunda Guerra Mundial

Actualizado 2015-05-08 16:43:22 | Spanish. xinhuanet. com

BEIJING, 8 may (Xinhua) -- Hace 70 años hoy, la Alemania Nazi firmó una rendición incondicional, acabando con el conflicto europeo de la Segunda Guerra Mundial.

En este momento especial, los amantes de la paz de todo el mundo deberían recordar la historia y salvaguardar el orden internacional, con la ONU en su centro, mientras se promueve la paz global y el desarrollo del mundo contemporáneo.

Este año tiene un significado histórico especial, debido a que marca el 70 aniversario de la victoria de la Guerra Mundial Antifascista, y de la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa del Pueblo Chino, así como de la fundación del las Naciones Unidas.

Hace 70 años, las guerras de agresión barbáricas a manos de fascistas alemanes y militaristas japoneses escribieron una oscura página en la historia de la humanidad. Más de 80 países y regiones y unos 2.000 millones de personas de Asia, Europa, Africa y Oceanía, se vieron envueltos en las llamas de la guerra y sufrieron grandes desastres.

Como uno de los principales campos de batalla en Asia, China realizó contribuciones indelebles a la guerra antifascista y refrenó la agresión japonesa a un coste tremendo, incluyendo 35 millones de víctimas, que apoyaron los esfuerzos de guerra de las potencias aliadas en los campos de batalla de Europa y el Pacífico.

Como resultado victorioso de la Segunda Guerra Mundial, el orden mundial, con la ONU en el centro, ha garantizado la paz global y el desarrollo en los últimos 70 años después de la guerra, y esto debería ser valorado y salvaguardado.

La Declaración del El Cairo, publicada el 1 de diciembre de 1943 por China, EEUU y Reino Unido, sigue siendo una piedra angular sobre la que dar forma al orden de posguerra en Asia Oriental. Así también lo es la Declaración de Postdam.

Cualquier intento de desafiar el orden internacional basado en ambos documentos está condenado al fracaso.

A pesar de que en la actualidad el mundo está sufriendo cambios profundos y complicados, la naturaleza de la Segunda Guerra Mundial y el significado histórico de su victoria, que se cerró con la Carta de la ONU y otros documentos internacionales, están más allá de cualquier disputa y no admiten falsificaciones.

Sin embargo, el Gobierno japonés dirigido por el primer ministro Shinzo Abe no ha querido enfrentarse a la historia ni a los horribles y sistemáticos crímenes de guerra cometidos hace siete décadas, sino que, todo lo contrario, sigue jugando de forma vergonzosa a esquivar la historia.

Recientemente, Abe declaró en el Capitolio de EEUU "un profundo remordimiento" por las "acciones" de Japón antes y durante el conflicto, y apuntó que "hicieron sufrir" a otros países asiáticos. De este modo, no hizo más que seguir diluyendo las atrocidades bélicas de su nación.

El líder nipón, que gira cada vez más hacia un nacionalismo estridente, le debe una disculpa de corazón a los vecinos asíticos víctimas de las brutales agresiones y el gobierno colonialista protagonizados por el fascismo japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

En un momento en el que el mundo está celebrando el 70 aniversario del final de la contienda mundial, Abe debería ser prudente con sus palabras y actos, y aprovechar la oportunidad de oro que se le brinda para tender la mano a sus vecinos con honor y dignidad.

Olvidar el pasado significa traicionar, falsificar la historia significa seguir el mismo desastroso camino.

Todas las naciones y pueblos amantes de la paz deberían estimar la paz duradera de la que disfrutamos y que tanto costó lograr, mantener los principios y propósitos de la Carta de Naciones Unidas y avanzar en la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales centradas en la cooperación en beneficio recíproco.

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