COMENTARIO: En las relaciones China-Vietnam no hay espacio para brechas

Actualizado 2015-04-07 20:09:22 | Spanish. xinhuanet. com

Por Deng Yushan

BEIJING, 7 abr (Xinhua) -- Con la llegada a Beijing, programada para este martes, del secretario general del Partido Comunista de Vietnam (PCV), Nguyen Phu Trong, en el marco de una visita de cuatro días a China, los dos países tendrán una oportunidad estupenda para reforzar aún más sus relaciones cordiales tradicionales.

La fecha de este viaje acapara mucha atención. Se lleva a cabo en un momento en el que China y Vietnam celebran el 65º aniversario del establecimiento de sus relaciones diplomáticas, las cuales se han desarrollado, en términos generales, por el camino de la amistad y la cooperación.

Además, la visita se produce después de que ambas partes se hayan esforzado por superar un episodio considerablemente preocupante en la historia de la interacción bilateral por su disputa relacionada con el Mar Meridional de China.

En tanto, el viaje a China precede a una eventual visita de Trong a Estados Unidos, la cual ha sido anunciada por Washington, y, de realizarse, será un hito en la mejora de los lazos entre EEUU y Vietnam.

Teniendo en cuenta lo dicho, el más reciente empeño de la diplomacia de alto nivel entre Beijing y Hanoi envía un mensaje claro pero delicado con al menos tres importantes puntos complementarios entre sí.

Primero, los dos países aprecian mucho sus vínculos firmes y duraderos. Ambos se han definido como "buenos vecinos, buenos amigos, buenos camaradas y buenos socios", y comparten la voluntad de hacer de ellos una relación más sólida y fructífera.

La proximidad geográfica, la complementariedad económica, la afinidad cultural y la similitud ideológica, a las que se suma también la larga historia de apoyarse mutuamente, demuestran que China y Vietnam ya forman una comunidad natural de destino común.

Y las necesidades de desarrollo actuales, en vista de que los dos países se encuentran en una fase crucial de reformas, exigen que Beijing y Hanoi aprovechen toda oportunidad para aunar el ímpetu positivo y avancen en su cooperación práctica, a fin de traer más beneficios tangibles a sus pueblos.

Segundo, ambas partes están determinadas a mantener una mano firme en el timón de sus relaciones y pueden aferrarse al curso correcto con la gestión adecuada de sus diferencias.

Es ingenuo imaginar que amigos tradicionales como China y Vietnam nunca tendrán disputas o se pelearán. Incluso entre hermanos de sangre ocurre lo mismo. No obstante, es más ingenuo todavía suponer que su arraigada asociación se derrumbará debido a la discusión sobre el Mar Meridional de China.

Tercero, Beijing y Hanoi son suficientemente maduros como para poder abordar sus relaciones más allá del alcance bilateral. No perseguirán otros intereses a costa de las relaciones entre China y Vietnam, ni permitirán a nadie introducir una brecha entre ambos países.

Las interpretaciones del esperado viaje de Trong a EEUU como medida para contrarrestar a China suenan a maquinaciones y confrontacionalismo típico de la Guerra Fría, y ya debían estar en el basurero de la historia.

China anima de manera inequívoca a sus vecinos a seguir sus propios caminos del desarrollo y a cultivar las relaciones exteriores de acuerdo con sus respectivas realidades. Es de sentido común y ampliamente aceptado que tales actividades deben ser propicias tanto para el desarrollo nacional como para la paz regional.

Aunque el fundamento de los vínculos entre China y Vietnam es robusto, ambas partes no pueden permitirse el lujo de aflojar en el fomento de sus relaciones. Algunas personas ajenas a ambos países, por razones egoístas, están explotando todo tipo de excusas para sembrar la discordia entre ellos, mientras que algunos en el círculo político de Vietnam han sido engañados por "flautistas de Hamelín" externos y se han convertido en cómplices.

La forma más viable para el futuro consiste en que Beijing y Hanoi fortalezcan la confianza mutua, fomenten la cooperación de beneficio recíproco, y dejen que los hechos y las cifras devuelvan el sentido común a los que han sido engañados, y conviertan a los malvados en el blanco de sus propias bromas.

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