BEIJING, 11 mar (Xinhua) -- Zhu Weiqun, un alto funcionario de asuntos religiosos de China, señaló hoy miércoles que la reencarnación del Dalai Lama tiene que estar avalada por el gobierno chino en vez de por él mismo, y criticó al monje por su "doble traición", tanto a su patria como a su fe.
"La reencarnación del Dalai Lama tiene que estar avalada por el gobierno central, no por cualquier de las otras partes, incluida el Dalai Lama en sí mismo", apuntó Zhu, director del Comité de Asuntos Étnicos y Religiosos del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), el máximo órgano asesor político de China.
El budismo tibetano normalmente cree que el alma de un Buda viviente vuelve a nacer tras la muerte y que los candidatos a "niño alma" deben ser encontrados a través de la interpretación de los arcanos. El "niño alma" es elegido de entre los candidatos mediante un sorteo en una urna de oro y debe ser aprobada por el gobierno central desde la Dinastía Qing (1644-1911), a menos que el gobierno central esté de acuerdo en eximir al "niño alma" del ritual.
Esta regla fue puesta por escrito en el "Artículo 29 de la Ordenanza para un gobierno más eficiente del Tíbet", que fue promulgado en 1793.
El Dalai Lama indicó el año pasado que no deseaba tener un sucesor, y que la tradición de la reencarnación del Budismo tibetano terminaría con su fallecimiento.
"En términos políticos, el Dalai Lama ha traicionado a su patria", subrayó Zhu. "La reencarnación del Dalai Lama debe ser aprobada por el gobierno central. Sin su aprobación, todo será ilegítimo", añadió el funcionario chino.
"En términos religiosos, el Dalai Lama ha traicionado al Budismo tibetano y al sistema de sucesión del Dalai Lama, que requiere unos estrictos rituales religiosos", señaló.
Zhu reiteró que el 14º Dalai Lama ha adoptado una actitud muy irresponsable e irrespetuosa hacia la reencarnación, citando las primeras demandas del exiliado político de que su reencarnación podría ser "una mujer, un extranjero e incluso una abeja".
"Ahora el Dalai Lama está hablando de acabar con la reencarnación", aseveró Zhu. "¿No es esto irresponsable para su propia fe?", preguntó.
Zhu señaló que el Tíbet ha disfrutado de estabilidad desde el fin del incidente de 2008.
"Ahora el Dalai Lama tiene que pregonar su propio título religioso para atraer la atención, lo que no tiene futuro", concluyó Zhu.