LA HABANA, 30 sep (Xinhua) -- El gobierno de La Habana anunció este miércoles la decisión de eliminar el toque de queda y otras medidas rigurosas vigentes desde el pasado 1 de septiembre, debido a su impacto "positivo" en el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19.
Reinaldo García Zapata, gobernador de la capital cubana, expresó en el programa televisivo Mesa Redonda que durante el último mes el Consejo de Defensa Provincial analizó el comportamiento de las limitaciones adoptadas y el impacto es positivo.
"Hay tendencia al decrecimiento de casos confirmados y activos, es decir, tendencia a la estabilidad epidemiológica", destacó García Zapata acerca de la situación epidemiológica en la importante urbe, donde viven unos dos millones de los 11,2 millones de cubanos.
Debido a ello, las autoridades urbanas decidieron eliminar algunas de las normas restrictivas y proponer otras de carácter económico para incrementar los niveles de producción.
Así, quedó eliminada la prohibición de movimiento de personas y vehículos desde las siete de la noche hasta las cinco de la mañana, al igual que la restricción de tránsito de autos, motos y medios de transporte particulares durante el día.
También se restablece el servicio de transportación pública de pasajeros, con el 80 por ciento de la utilización de la capacidad para personas de pie, a partir del próximo 3 de octubre.
Se mantiene la prohibición del transporte interprovincial, así como desde y hacia La Habana.
En la esfera comercial, se suprimió la prohibición de las compras en las tiendas solo en el municipio de residencia y la limitación de la venta solo de productos alimenticios en las tiendas recaudadoras de divisas.
Por otra parte, se potenciará la reincorporación al trabajo, bajo la premisa de reactivar la producción y los servicios, evaluando todas aquellas personas declaradas vulnerables para su posible reincorporación.
"No hay economía que aguante el gasto que estamos asumiendo, lo gastamos y hemos sido consecuentes con ese gasto, pero es importante crear riquezas a partir de incrementar los niveles productivos en nuestros centros", subrayó el gobernador.
En el sector educacional se crearán las condiciones para reanudar el curso escolar 2019-2020 a partir del 2 de noviembre.
Los bares y discotecas continuarán cerrados, al tiempo que seguirán prohibidas las fiestas públicas y privadas que por su concentración de personas no garanticen el distanciamiento físico.
Asimismo, se autoriza el disfrute de la playas con medidas de protección y distanciamiento físico y las piscinas estatales y particulares, estás últimas al 30 por ciento de su capacidad.
Las autoridades habaneras advirtieron que se mantiene la decisión de aplicar multas con "altas cuantías" por el uso incorrecto de la mascarilla y la violación de las medidas higiénico-sanitarias como el control de la temperatura en los lugares públicos y los centros de trabajo y la prohibición del acceso de personas con síntomas respiratorios u otros.
También en la Mesa Redonda, el director de Salud en la provincia, Carlos Alberto Martínez Blanco, alertó que, aunque la tendencia es al control, La Habana aún está en riesgo epidemiológico.
Tras explicar que es elevado el porcentaje de casos asintomáticos y eso comporta un elevado riesgo, advirtió que se mantiene la dispersión de los casos en los 15 municipios del territorio, donde se registran 104 focos y seis eventos activos, junto a casi 3.000 pacientes ingresados.
"Estamos dirigiendo nuestro trabajo a que el número de casos sea menor, pero no podemos confiarnos y hay que seguir incrementando la percepción de peligro por las consecuencias de la transmisión de la enfermedad", indicó el director de salud en La Habana.
Los primeros enfermos de la COVID-19 en Cuba se detectaron el pasado 11 de marzo y desde entonces el país caribeño acumula 5.597 casos positivos, de los cuales 4.893 superaron la enfermedad (el 84 por ciento) y 122 fallecieron (el 2,17 por ciento de letalidad).