El gerente Federico Yahbes, envuelve un pan dulce, en el restaurante Plaza Mayor, en la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina, el 18 de diciembre de 2019. (Xinhua/Martín Zabala)
A nivel nacional, según un informe de la consultora Nielsen, en diciembre de 2018 se vendió un promedio de 167.000 unidades de pan dulce por día en todo el país, mientras que si se toma en cuenta específicamente la semana de Navidad, esa cifra llega a las 283.000 unidades diarias.
BUENOS AIRES, 18 dic (Xinhua) -- La tradición de compartir el pan dulce de Navidad, una costumbre arraigada en Argentina a partir de la llegada de inmigrantes europeos hace más de un siglo, entusiasma a los residentes de Buenos Aires, que salen a las calles para adquirir el producto sin importar las altas temperaturas del verano austral.
Uno de los puntos emblemáticos para adquirir el pan dulce en la capital argentina es el restaurante Plaza Mayor, ubicado en la esquina de las calles San José y Venezuela, en el barrio de Monserrat.
Allí se conjugan platos típicos españoles, como el pulpo a la gallega o la paella valenciana, con el famoso panettone italiano o pan dulce de la casa, y quienes desean adquirir el producto para la Nochebuena saben que la espera puede llegar a ser de hasta dos horas.
"A pesar de ser un restaurante, tenemos un producto que sale mucho en este local, que es el pan dulce. Todo comenzó cuando mi papá inaugura el restaurante, que tenía sidra suelta y quería fomentarla. Se acordó del pan dulce que comíamos de chicos para las Navidades y le pidió a mi abuela la receta. Íbamos invitando a la gente con rodajas de pan dulce, con sidra para fomentar la sidra, pero al final se terminó fomentando el pan dulce", contó a Xinhua el gerente del local, Federico Yahbes.
El lugar luce un movimiento incesante, con compradores que llegan hasta el mostrador deseosos de adquirir el pan dulce cuya receta fue pensada por la abuela del entrevistado, Leticia "Tita" Marcone, llegada al país desde Calabria, Italia.
El hombre asegura no saber cuántos panes dulces vende cada día, pero la fila en la puerta hace presumir el continuo éxito del local.
Personas aguardan en una fila de más de cien metros para comprar hasta dos piezas por persona de pan dulce, en el restaurante Plaza Mayor, en la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina, el 18 de diciembre de 2019. (Xinhua/Martín Zabala)
A nivel nacional, según un informe de la consultora Nielsen, en diciembre de 2018 se vendió un promedio de 167.000 unidades de pan dulce por día en todo el país, mientras que si se toma en cuenta específicamente la semana de Navidad, esa cifra llega a las 283.000 unidades diarias.
El pan dulce de Plaza Mayor "se comenzó a elaborar en 1985 y la demanda fuerte comenzó en 1990. El secreto de esto es haber respetado la receta tradicional de mi abuela durante estos treinta y tantos años. Ese me parece que fue el secreto para tener esta cantidad de público", consideró Yahbes.
Mientras habla, el pan dulce que Federico Yahbes y sus tres hermanas comen desde su infancia, se deja ver, brillante, sobre los mostradores de Plaza Mayor. Algunos ya están embolsados con los colores de la bandera española.
El producto lleva frutos secos, nueces, avellanas, castañas de cajú y almendras. Además, frutas abrillantadas, cerezas e higos. Harina, polvos, levadura y manteca, con medidas que sólo el entrevistado conoce.
"Hacemos una producción y la vendemos, porque este pan dulce no tiene conservantes, entonces dura 10 días o si no, se debe freezar", contó el gerente del local.
El pan dulce, de un kilo, tiene un valor de 820 pesos (unos 13 dólares): "Lo vendemos de 9 a 11 y de 5 a 7 de la tarde, para no complicar el horario de almuerzo y cena. Hoy hay una cuadra de cola (fila) y eso es lo que pasa año a año", destacó Yahbes.
Debido a la cantidad de gente que espera irse con el producto en las manos, el local dispuso vender hasta dos unidades por persona.
Al explicar el furor que el producto genera en Argentina, el entrevistado señaló: "El pan dulce en Argentina es algo muy tradicional, muy típico. En otros países hay un montón de variedades, como el pandoro (de Verona), que no tiene frutas, el panettone (de Milán), que es alto. Nosotros hacemos el pan dulce típico genovés, que es el bajo".