ESPECIAL: Infraestructuras chinas, vías por las que el desarrollo llega a todo el mundo

Actualizado 2019-02-21 14:12:50 | Spanish. xinhuanet. com

Un grupo de estudiantes nigerianos de la Universidad de Chang’an visita la planta de trenes de alta velocidad de Xi’an (Shaanxi).

Por César Santos

XI'AN, 21 feb (Xinhua) -- Para nadie es un secreto que una de las razones por las cuales el desarrollo de África ha sido más lento que el de otras regiones del mundo es su deficiente infraestructura de transportes. Las largas distancias que deben recorrer los productos y las mercancías, muchas veces por carreteras destapadas o en trenes ya obsoletos, mantienen los precios lejos del alcance del común de la gente, y a las zonas más alejadas simplemente imposibilitan su llegada.

Motivado por el deseo de ayudar a su país a superar esta situación, Kelechi Amachree, un nigeriano de 27 años amante de las ciencias y la ingeniería, se sometió a un duro proceso de selección en el que participaron 150 personas, y al final se vio favorecido con una de las 30 becas ofrecidas conjuntamente por China Civil Engineering Group y la Universidad de Chang'an, ubicada en Xi'an, capital de la provincia occidental de Shaanxi, para estudiar Ingeniería de Carreteras y Puentes.

“En Nigeria ya hay mucha presencia china, hay varios puentes y carreteras, y también aeropuertos. El carácter moderno de esas obras, su calidad y la enorme utilidad que están prestando fue lo que me impulsó para venir a China a estudiar, a aprender cómo hacerlas y poder ayudar a que todas las regiones de mi país se puedan desarrollar”, explica, y añade que la beca le garantiza la contratación por parte de la empresa china una vez regrese a Abuja.

“Nuestra labor será mantener operando las obras, especialmente los trenes, después de que se vayan las compañías chinas”, explica, aunque aclara que la prioridad son los puentes. “Es allí donde tenemos que poner más énfasis”, afirma.

El sentir de Amachree lo comparte Gerzy Greedge Payima, quien nació en Brazzaville, la capital de República del Congo. Este joven de 24 años, también con una sólida formación en ciencias, empezó a mirar hacia China desde antes de que empezaran a aparecer allí las infraestructuras hechas por empresas de este país. “Desde que era pequeño me encantaban las películas de Jackie Chan. Además me causaban mucha curiosidad los carácteres chinos; yo los copiaba y aprendía a escribirlos sin saber aún lo que significaban, e incluso a veces inventaba mis propios carácteres y les daba el significado que yo quería”, relata.

Cuando los ingenieros y las máquinas con carácteres chinos empezaron a abrir caminos y levantar puentes en su tierra, Payima decidió capitalizar su “experiencia” y empezó a buscar la forma de venir a estudiar aquí. Lo logró en 2015, gracias a una beca otorgada en conjunto por el Gobierno congolés y China Road and Bridge Corporation. Y ya en Xi'an, pudo por fin dar rienda suelta a su pasión por la cultura china, por ejemplo tomando clases de caligrafía, visitando diversas ciudades para conocer su historia y deleitarse con las delicias locales, y, claro, aprendiendo chino.

“Aprender chino fue difícil pero me gustó mucho. Descubrí que el proceso de escritura de los carácteres ayuda también a organizar el carácter de la persona, ayuda a fortalecer la concentración”, señala, y agrega que la forma metódica en que los chinos hacen las cosas “es útil no solo para la vida diaria sino también para que las obras queden bien hechas”.

Para Payima no se trata solo de aprender a construir, “se trata también de aprender una filosofía, de aprender el proceso para salir de la pobreza y progresar”, y no duda en afirmar que su “misión” es “aprender para llevar el desarrollo a África”.

No que el desarrollo aún no haya llegado. Obras como el puerto de Bagamoyo (Tanzania), que una vez en operación será el más grande en la costa este del continente, y el ferrocarril Chad-Sudán, de 3.400 kilómetros y que eventualmente llegará hasta Camerún, son cada vez más comunes, y la efectividad de la cooperación es la que ha llevado con inusitada rapidez a que hoy la relación sino-africana sea una de las más sólidas a nivel mundial.

China es ya el principal socio comercial de África, habiendo llevado su comercio bilateral de 10.000 millones de dólares en el año 2000 a 170.000 millones en 2017. Además, en la Cumbre del Foro de Cooperación China-África celebrada en Beijing en septiembre pasado, el país asiático se comprometió a dotar de financiacion a África otros 60.000 millones de dólares en los próximos tres años.

“En la cumbre de septiembre estuvieron presentes los representantes de 53 países africanos, incluidos 50 jefes de Estado y de Gobierno”, destaca Zhang Wei, vicedecano de la Escuela de Educación Internacional de la universidad. “Eso es una demostración de lo importante que es para ellos su relación con China”, complementa.

Zhang afirma que para esta alma máter formar extranjeros no es algo nuevo, y que los alumnos africanos son mayoría. “Nosotros les abrimos la puerta a los estudiantes del exterior en 1956, y en este momento tenemos en total 1.012 jóvenes de 84 países, la mayor parte de ellos provenientes de África”.

Para el académico, esto no es una mera coincidencia. “La experiencia que nosotros tenemos es un aporte al desarrollo del mundo. África no tendría el nivel de desarrollo que tiene ahora de no ser por China, y el desarrollo de África también ayuda a que China se siga desarrollando, así que es una relación en la que todos ganamos”, elabora.

Con respecto a la preferencia de los africanos por la infraestructura china frente a la de los países desarrollados, Zhang explica que, “aparte de diferencias obvias en materia de costos, está la calidad. Si usted va a África y ve las obras, podrá darse cuenta muy fácilmente de quién las hizo. La calidad y la apariencia son un reflejo de la sinceridad y la generosidad de quienes las han hecho”.

Animado por la exitosa colaboración con África, y por las múltiples posibilidades que ha abierto la Iniciativa de la Franja y la Ruta, Zhang no duda en ampliar los horizontes, tanto para la universidad como para China. “América Latina y China se parecen mucho, y por eso las necesidades de desarrollo de las dos son similares, así que la experiencia de China le sirve a Latinoamérica”.

El profesor, quien destaca el hecho de que actualmente en sus aulas hay jóvenes de Chile, Perú, Ecuador, Bolivia y Panamá, sostiene que China está en capacidad de brindar a cada país el tipo de infraestructura que requiera. “Por ejemplo, si un país necesita un ferrocarril de alta velocidad, podemos hacerlo, pero si lo que necesita es uno tradicional, o aumentar la velocidad de uno ya existente, también podemos hacerlo”, asegura, y añade que las compañías chinas están también en capacidad de “dejar todo listo para cuando a un país le llegue el momento de dar un salto en desarrollo. Si al cabo de cinco o diez años las condiciones están dadas para aumentar la velocidad de un tren, eso también se puede hacer”.

Un conocido refrán chino dice que “para que llegue el desarrollo, lo primero que hay que hacer son caminos”. Por eso, en el año pasado ya más del 99 por ciento de los poblados y del 98 por ciento de las aldeas del país estaban conectados por carreteras de asfalto o cemento. A su vez, los 9,6 kilómetros cuadrados de área del país están interconectados por 102.000 kilómetros de ferrocarriles tradicionales y 29.000 kilómetros de vías férreas de alta velocidad, lo que constituye la red de este tipo más larga a nivel mundial.

Los avances logrados en este campo en los menos de 70 años que tiene el país, y en especial en las cuatro décadas de reforma y apertura, son carta de presentación suficiente para que otras regiones depositen en él la confianza que ha depositado África con tan evidentes resultados.

Amachree, el futuro ingeniero nigeriano, es la personificación de esa confianza. “Hay gente de otros países que dice, con mala intención, que China está invadiendo a África. Yo soy africano, y puedo decir que lo que en realidad está haciendo China es que la está dotando de obras que necesita, que está haciendo inversiones que necesita, que la está ayudando a desarrollarse. Y esto es lo mejor que le ha podido pasar a África".

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ESPECIAL: Infraestructuras chinas, vías por las que el desarrollo llega a todo el mundo

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Un grupo de estudiantes nigerianos de la Universidad de Chang’an visita la planta de trenes de alta velocidad de Xi’an (Shaanxi).

Por César Santos

XI'AN, 21 feb (Xinhua) -- Para nadie es un secreto que una de las razones por las cuales el desarrollo de África ha sido más lento que el de otras regiones del mundo es su deficiente infraestructura de transportes. Las largas distancias que deben recorrer los productos y las mercancías, muchas veces por carreteras destapadas o en trenes ya obsoletos, mantienen los precios lejos del alcance del común de la gente, y a las zonas más alejadas simplemente imposibilitan su llegada.

Motivado por el deseo de ayudar a su país a superar esta situación, Kelechi Amachree, un nigeriano de 27 años amante de las ciencias y la ingeniería, se sometió a un duro proceso de selección en el que participaron 150 personas, y al final se vio favorecido con una de las 30 becas ofrecidas conjuntamente por China Civil Engineering Group y la Universidad de Chang'an, ubicada en Xi'an, capital de la provincia occidental de Shaanxi, para estudiar Ingeniería de Carreteras y Puentes.

“En Nigeria ya hay mucha presencia china, hay varios puentes y carreteras, y también aeropuertos. El carácter moderno de esas obras, su calidad y la enorme utilidad que están prestando fue lo que me impulsó para venir a China a estudiar, a aprender cómo hacerlas y poder ayudar a que todas las regiones de mi país se puedan desarrollar”, explica, y añade que la beca le garantiza la contratación por parte de la empresa china una vez regrese a Abuja.

“Nuestra labor será mantener operando las obras, especialmente los trenes, después de que se vayan las compañías chinas”, explica, aunque aclara que la prioridad son los puentes. “Es allí donde tenemos que poner más énfasis”, afirma.

El sentir de Amachree lo comparte Gerzy Greedge Payima, quien nació en Brazzaville, la capital de República del Congo. Este joven de 24 años, también con una sólida formación en ciencias, empezó a mirar hacia China desde antes de que empezaran a aparecer allí las infraestructuras hechas por empresas de este país. “Desde que era pequeño me encantaban las películas de Jackie Chan. Además me causaban mucha curiosidad los carácteres chinos; yo los copiaba y aprendía a escribirlos sin saber aún lo que significaban, e incluso a veces inventaba mis propios carácteres y les daba el significado que yo quería”, relata.

Cuando los ingenieros y las máquinas con carácteres chinos empezaron a abrir caminos y levantar puentes en su tierra, Payima decidió capitalizar su “experiencia” y empezó a buscar la forma de venir a estudiar aquí. Lo logró en 2015, gracias a una beca otorgada en conjunto por el Gobierno congolés y China Road and Bridge Corporation. Y ya en Xi'an, pudo por fin dar rienda suelta a su pasión por la cultura china, por ejemplo tomando clases de caligrafía, visitando diversas ciudades para conocer su historia y deleitarse con las delicias locales, y, claro, aprendiendo chino.

“Aprender chino fue difícil pero me gustó mucho. Descubrí que el proceso de escritura de los carácteres ayuda también a organizar el carácter de la persona, ayuda a fortalecer la concentración”, señala, y agrega que la forma metódica en que los chinos hacen las cosas “es útil no solo para la vida diaria sino también para que las obras queden bien hechas”.

Para Payima no se trata solo de aprender a construir, “se trata también de aprender una filosofía, de aprender el proceso para salir de la pobreza y progresar”, y no duda en afirmar que su “misión” es “aprender para llevar el desarrollo a África”.

No que el desarrollo aún no haya llegado. Obras como el puerto de Bagamoyo (Tanzania), que una vez en operación será el más grande en la costa este del continente, y el ferrocarril Chad-Sudán, de 3.400 kilómetros y que eventualmente llegará hasta Camerún, son cada vez más comunes, y la efectividad de la cooperación es la que ha llevado con inusitada rapidez a que hoy la relación sino-africana sea una de las más sólidas a nivel mundial.

China es ya el principal socio comercial de África, habiendo llevado su comercio bilateral de 10.000 millones de dólares en el año 2000 a 170.000 millones en 2017. Además, en la Cumbre del Foro de Cooperación China-África celebrada en Beijing en septiembre pasado, el país asiático se comprometió a dotar de financiacion a África otros 60.000 millones de dólares en los próximos tres años.

“En la cumbre de septiembre estuvieron presentes los representantes de 53 países africanos, incluidos 50 jefes de Estado y de Gobierno”, destaca Zhang Wei, vicedecano de la Escuela de Educación Internacional de la universidad. “Eso es una demostración de lo importante que es para ellos su relación con China”, complementa.

Zhang afirma que para esta alma máter formar extranjeros no es algo nuevo, y que los alumnos africanos son mayoría. “Nosotros les abrimos la puerta a los estudiantes del exterior en 1956, y en este momento tenemos en total 1.012 jóvenes de 84 países, la mayor parte de ellos provenientes de África”.

Para el académico, esto no es una mera coincidencia. “La experiencia que nosotros tenemos es un aporte al desarrollo del mundo. África no tendría el nivel de desarrollo que tiene ahora de no ser por China, y el desarrollo de África también ayuda a que China se siga desarrollando, así que es una relación en la que todos ganamos”, elabora.

Con respecto a la preferencia de los africanos por la infraestructura china frente a la de los países desarrollados, Zhang explica que, “aparte de diferencias obvias en materia de costos, está la calidad. Si usted va a África y ve las obras, podrá darse cuenta muy fácilmente de quién las hizo. La calidad y la apariencia son un reflejo de la sinceridad y la generosidad de quienes las han hecho”.

Animado por la exitosa colaboración con África, y por las múltiples posibilidades que ha abierto la Iniciativa de la Franja y la Ruta, Zhang no duda en ampliar los horizontes, tanto para la universidad como para China. “América Latina y China se parecen mucho, y por eso las necesidades de desarrollo de las dos son similares, así que la experiencia de China le sirve a Latinoamérica”.

El profesor, quien destaca el hecho de que actualmente en sus aulas hay jóvenes de Chile, Perú, Ecuador, Bolivia y Panamá, sostiene que China está en capacidad de brindar a cada país el tipo de infraestructura que requiera. “Por ejemplo, si un país necesita un ferrocarril de alta velocidad, podemos hacerlo, pero si lo que necesita es uno tradicional, o aumentar la velocidad de uno ya existente, también podemos hacerlo”, asegura, y añade que las compañías chinas están también en capacidad de “dejar todo listo para cuando a un país le llegue el momento de dar un salto en desarrollo. Si al cabo de cinco o diez años las condiciones están dadas para aumentar la velocidad de un tren, eso también se puede hacer”.

Un conocido refrán chino dice que “para que llegue el desarrollo, lo primero que hay que hacer son caminos”. Por eso, en el año pasado ya más del 99 por ciento de los poblados y del 98 por ciento de las aldeas del país estaban conectados por carreteras de asfalto o cemento. A su vez, los 9,6 kilómetros cuadrados de área del país están interconectados por 102.000 kilómetros de ferrocarriles tradicionales y 29.000 kilómetros de vías férreas de alta velocidad, lo que constituye la red de este tipo más larga a nivel mundial.

Los avances logrados en este campo en los menos de 70 años que tiene el país, y en especial en las cuatro décadas de reforma y apertura, son carta de presentación suficiente para que otras regiones depositen en él la confianza que ha depositado África con tan evidentes resultados.

Amachree, el futuro ingeniero nigeriano, es la personificación de esa confianza. “Hay gente de otros países que dice, con mala intención, que China está invadiendo a África. Yo soy africano, y puedo decir que lo que en realidad está haciendo China es que la está dotando de obras que necesita, que está haciendo inversiones que necesita, que la está ayudando a desarrollarse. Y esto es lo mejor que le ha podido pasar a África".

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