OTTAWA, 20 feb (Xinhua) -- Miles de visitantes de todo el mundo llegan todos los otoños a la localidad de Churchill en el norte de la provincia de Manitoba, en Canadá, para unirse a los habitantes del lugar en un pasatiempo poco común: observar a los osos polares en estado salvaje.
Pero pocos saben que esta localidad, ubicada en la bahía de Hudson y autodenominada la capital mundial de los osos polares, es un sitio en el que los residentes con frecuencia dejan las puertas sin seguros para que sus vecinos tengan una forma rápida de escapar en caso de encontrarse cara a cara con un oso polar.
"Para la mayor parte de las personas que viven en Churchill esto no es más que la vida cotidiana", dijo en una reciente entrevista con CBC Radio Geoff York, director de conservación de Polar Bears International, organización que cuenta con un centro en Churchill. "Esto forma parte del tejido de esa comunidad".
Churchill ha desarrollado ciertas estrategias para minimizar los conflictos entre osos y residentes, indicó la radio. A principios de los 2000, los habitantes de localidad cerraron el basurero al aire libre para que los osos polares no encontraran ninguna recompensa al vagar por la ciudad.
El Gobierno de Manitoba también ayuda con un programa de alerta sobre osos polares en Churchill, en donde oficiales de conservación realizan patrullajes buscan osos y responden a los reportes de los ciudadanos.
Con el fin de no depender únicamente de la vista, Churchill está probando un radar militar para detectar a los osos polares antes de que lleguen a la localidad.
