Shenzhen, la ciudad que se convirtió en el “Silicon Valley chino”

Actualizado 2018-10-18 15:56:46 | Spanish. xinhuanet. com

Por Ayelén Iñigo

Una vista del centro de Shenzhen, una de las ciudades más modernas de China. (Xinhua/Mao Siqian)

En 40 años pasó de ser un pueblo de pescadores a una metrópoli líder en tecnología y cuna de algunas de las mejores empresas del mundo. ¿Cómo es esta ciudad que hace temblar a la bahía de San Francisco?

Sentados frente a su moderna oficina vidriada de Silicon Valley, quizás muchos de los “geeks” de bermudas coloridas y lentes de pasta que trabajan ahí no sepan que su codiciado lugar de trabajo –considerado el centro líder mundial en el desarrollo de alta tecnología– tiene ahora un competidor muy fuerte que está creciendo a pasos agigantados.

Se trata de Shenzhen, una ciudad china de la costa de la provincia de Cantón. Ubicada al sur del delta del río de las Perlas, muy cerca de Hong Kong, esta húmeda y calurosa urbe de más de 10 millones de habitantes tiene el PIB más alto de toda China continental, posee más de 8.000 empresas nacionales de hi-tech y alberga a 275 de las 500 compañías más importantes del ranking Fortune 500, como IBM o Microsoft.

Además, fue ahí mismo donde vieron la luz colosos como Huawei, el segundo productor mundial de smartphones, y Tencent, creadora de WeChat (la WhatsApp china), que cuenta hoy con mil millones de usuarios.

Una vista del centro de Shenzhen, una de las ciudades más modernas de China. (Xinhua/Mao Siqian)

“Hace 40 años, Shenzhen era solo un pueblo de 30.000 habitantes. Hoy, junto a otras importantes ciudades de Cantón, nos convertimos en una de las provincias más influyentes de toda China. Gente de todo el país quiere venir a vivir aquí, y también muchos extranjeros”, cuenta orgulloso Yao Weizhi, vicedirector de la oficina de asuntos exteriores del gobierno de Shenzhen.

Lo que dice es cierto. Según datos oficiales, el 95 por ciento de sus residentes vienen de otras partes de China y hay más de 20.000 extranjeros llegados de 127 países entre los que se encuentran Rusia, Francia, Inglaterra o la República de Corea.

Paseando en la noche por las calles de Shenzhen, parece irreal pensar que esta ciudad fue alguna vez una pequeña localidad donde sólo había pescadores y arrozales. En su centro, grandes espacios verdes conviven con altos y modernos edificios luminosos al mejor estilo de Times Square, hoteles cinco estrellas y una red de subterráneo ultramoderna. En 2017 había 49 edificios que superaban los 200 metros de altura y el metro cuadrado para vivir allí rondaba los 6.500 dólares.

¿Pero cómo fue el proceso de un cambio tan drástico? En 1980 China estaba adentrándose a gran velocidad en una política de “reforma y apertura”, que buscaba liberalizar la economía socialista y abrir las puertas al juego del mercado.

Shenzhen, una de las primeras zonas económicas especiales de China, ha evolucionado de un pequeño pueblo pesquero hasta una moderna metrópolis. (Xinhua/Mao Siqian)

Deng Xiaoping, líder máximo del país en aquel tiempo e impulsor de la reforma, decidió ese año establecer en Shenzhen la primera zona económica especial de China, convirtiéndola así en la punta de la lanza que lideraría al país asiático hacia la modernización.

Desde entonces nada detuvo a Shenzhen. En los últimos ocho años sus funcionarios lograron un apoyo financiero de más de 70 millones de dólares para desarrollar sectores clave como Internet, tecnología de la información, biotecnología y energías renovables.

Además, este año se anunció una inversión de 17.800 millones de dólares para profundizar la mejora del medio ambiente. La ciudad cuenta hoy en día con 921 parques, 53 millones de metros cuadrados de edificios verdes y 67 mil vehículos de nuevas energías. La calidad de su aire es buena durante 354 días del año, un número llamativo si se lo compara con ciudades como Beijing, cuyo grado de contaminación es muy elevado.

Shenzhen, una de las primeras zonas económicas especiales de China, ha evolucionado de un pequeño pueblo pesquero hasta una moderna metrópolis. (Xinhua/Mao Siqian)

¿QUIÉNES SON LOS LÍDERES DE ESTA REVOLUCIÓN?

Según la Hurun Rich List of China, Shenzhen cuenta con 50.400 millonarios relacionados al sector de la tecnología, y es la cuarta ciudad china con mayor cantidad de ricos. Entre las empresas más poderosas que tienen su base allí se encuentran Huawei, ZTE, Tencent, Hytera, BYD y DJI, sólo por nombrar algunas.

“Ya estamos en el puesto 70 de las mejores empresas de todo el mundo”, detalla Guo Fulin, encargado de Relación Pública y Mercadeo de Huawei.

Fulin agrega: “Tenemos 13 instituciones de investigación en diversos países, pero nuestra red de servicio global se apoya en Shenzhen. Hemos mejorado el empleo local y contribuimos mucho al desarrollo de la ciudad”.

Este gigante de la tecnología móvil vendió 1.400 millones de smartphones en 2017 y es la tercera compañía más importante en el rubro, luego de Apple y Samsung. Este año, sus investigaciones se centran en el desarrollo de brazos robóticos para uso en la medicina, drones y tecnología 5G.

Shenzhen, una de las primeras zonas económicas especiales de China, ha evolucionado de un pequeño pueblo pesquero hasta una moderna metrópolis. (Xinhua/Mao Siqian)

Otra de las compañías que tiene su filial central en Shenzhen es DJI, la empresa líder mundial en el desarrollo de drones civiles y tecnología aérea.

Sus desarrollos se utilizan en más de 100 países (entre lo que figura Argentina) en áreas tan diversas como el cine, la agricultura, las emergencias ante desastres naturales y la construcción. Desde 2016, invirtieron más de 40 millones de dólares en la búsqueda de talentos en el área de la robótica.

Algo similar sucede con BYD, compañía de hi-tech que se fundó en 1995 y ya cuenta con 220.000 empleados, más de 30 parques industriales en seis continentes y una cotización en bolsa por 100 mil millones de yuanes.

Su fuerte son los automóviles y las redes de transporte a base de nuevas energías, lo que los convierte en un aliado clave para la lucha contra la contaminación y la protección del medio ambiente.

 
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Shenzhen, la ciudad que se convirtió en el “Silicon Valley chino”

Spanish.xinhuanet.com 2018-10-18 15:56:46

Por Ayelén Iñigo

Una vista del centro de Shenzhen, una de las ciudades más modernas de China. (Xinhua/Mao Siqian)

En 40 años pasó de ser un pueblo de pescadores a una metrópoli líder en tecnología y cuna de algunas de las mejores empresas del mundo. ¿Cómo es esta ciudad que hace temblar a la bahía de San Francisco?

Sentados frente a su moderna oficina vidriada de Silicon Valley, quizás muchos de los “geeks” de bermudas coloridas y lentes de pasta que trabajan ahí no sepan que su codiciado lugar de trabajo –considerado el centro líder mundial en el desarrollo de alta tecnología– tiene ahora un competidor muy fuerte que está creciendo a pasos agigantados.

Se trata de Shenzhen, una ciudad china de la costa de la provincia de Cantón. Ubicada al sur del delta del río de las Perlas, muy cerca de Hong Kong, esta húmeda y calurosa urbe de más de 10 millones de habitantes tiene el PIB más alto de toda China continental, posee más de 8.000 empresas nacionales de hi-tech y alberga a 275 de las 500 compañías más importantes del ranking Fortune 500, como IBM o Microsoft.

Además, fue ahí mismo donde vieron la luz colosos como Huawei, el segundo productor mundial de smartphones, y Tencent, creadora de WeChat (la WhatsApp china), que cuenta hoy con mil millones de usuarios.

Una vista del centro de Shenzhen, una de las ciudades más modernas de China. (Xinhua/Mao Siqian)

“Hace 40 años, Shenzhen era solo un pueblo de 30.000 habitantes. Hoy, junto a otras importantes ciudades de Cantón, nos convertimos en una de las provincias más influyentes de toda China. Gente de todo el país quiere venir a vivir aquí, y también muchos extranjeros”, cuenta orgulloso Yao Weizhi, vicedirector de la oficina de asuntos exteriores del gobierno de Shenzhen.

Lo que dice es cierto. Según datos oficiales, el 95 por ciento de sus residentes vienen de otras partes de China y hay más de 20.000 extranjeros llegados de 127 países entre los que se encuentran Rusia, Francia, Inglaterra o la República de Corea.

Paseando en la noche por las calles de Shenzhen, parece irreal pensar que esta ciudad fue alguna vez una pequeña localidad donde sólo había pescadores y arrozales. En su centro, grandes espacios verdes conviven con altos y modernos edificios luminosos al mejor estilo de Times Square, hoteles cinco estrellas y una red de subterráneo ultramoderna. En 2017 había 49 edificios que superaban los 200 metros de altura y el metro cuadrado para vivir allí rondaba los 6.500 dólares.

¿Pero cómo fue el proceso de un cambio tan drástico? En 1980 China estaba adentrándose a gran velocidad en una política de “reforma y apertura”, que buscaba liberalizar la economía socialista y abrir las puertas al juego del mercado.

Shenzhen, una de las primeras zonas económicas especiales de China, ha evolucionado de un pequeño pueblo pesquero hasta una moderna metrópolis. (Xinhua/Mao Siqian)

Deng Xiaoping, líder máximo del país en aquel tiempo e impulsor de la reforma, decidió ese año establecer en Shenzhen la primera zona económica especial de China, convirtiéndola así en la punta de la lanza que lideraría al país asiático hacia la modernización.

Desde entonces nada detuvo a Shenzhen. En los últimos ocho años sus funcionarios lograron un apoyo financiero de más de 70 millones de dólares para desarrollar sectores clave como Internet, tecnología de la información, biotecnología y energías renovables.

Además, este año se anunció una inversión de 17.800 millones de dólares para profundizar la mejora del medio ambiente. La ciudad cuenta hoy en día con 921 parques, 53 millones de metros cuadrados de edificios verdes y 67 mil vehículos de nuevas energías. La calidad de su aire es buena durante 354 días del año, un número llamativo si se lo compara con ciudades como Beijing, cuyo grado de contaminación es muy elevado.

Shenzhen, una de las primeras zonas económicas especiales de China, ha evolucionado de un pequeño pueblo pesquero hasta una moderna metrópolis. (Xinhua/Mao Siqian)

¿QUIÉNES SON LOS LÍDERES DE ESTA REVOLUCIÓN?

Según la Hurun Rich List of China, Shenzhen cuenta con 50.400 millonarios relacionados al sector de la tecnología, y es la cuarta ciudad china con mayor cantidad de ricos. Entre las empresas más poderosas que tienen su base allí se encuentran Huawei, ZTE, Tencent, Hytera, BYD y DJI, sólo por nombrar algunas.

“Ya estamos en el puesto 70 de las mejores empresas de todo el mundo”, detalla Guo Fulin, encargado de Relación Pública y Mercadeo de Huawei.

Fulin agrega: “Tenemos 13 instituciones de investigación en diversos países, pero nuestra red de servicio global se apoya en Shenzhen. Hemos mejorado el empleo local y contribuimos mucho al desarrollo de la ciudad”.

Este gigante de la tecnología móvil vendió 1.400 millones de smartphones en 2017 y es la tercera compañía más importante en el rubro, luego de Apple y Samsung. Este año, sus investigaciones se centran en el desarrollo de brazos robóticos para uso en la medicina, drones y tecnología 5G.

Shenzhen, una de las primeras zonas económicas especiales de China, ha evolucionado de un pequeño pueblo pesquero hasta una moderna metrópolis. (Xinhua/Mao Siqian)

Otra de las compañías que tiene su filial central en Shenzhen es DJI, la empresa líder mundial en el desarrollo de drones civiles y tecnología aérea.

Sus desarrollos se utilizan en más de 100 países (entre lo que figura Argentina) en áreas tan diversas como el cine, la agricultura, las emergencias ante desastres naturales y la construcción. Desde 2016, invirtieron más de 40 millones de dólares en la búsqueda de talentos en el área de la robótica.

Algo similar sucede con BYD, compañía de hi-tech que se fundó en 1995 y ya cuenta con 220.000 empleados, más de 30 parques industriales en seis continentes y una cotización en bolsa por 100 mil millones de yuanes.

Su fuerte son los automóviles y las redes de transporte a base de nuevas energías, lo que los convierte en un aliado clave para la lucha contra la contaminación y la protección del medio ambiente.

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