URUMQI, 28 ago (Xinhua) -- A los ojos del fotógrafo aficionado Zhao Shoucai, la puerta estatal de la ciudad fronteriza de Horgos ha pasado de ser, como en el cuento infantil, de un patito feo a un bello cisne.
En la frontera entre China y Kazajistán, la puerta estatal es un punto de referencia en Horgos, ubicada en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China, y a través de la cual pasa la gente que viaja entre los dos países.
"Desde los años 60 ha habido cinco versiones de esta puerta", comenta Zhao. "La primera no tenía ninguna gracia, estaba hecha de ladrillos rojos. En ese entonces permanecía cerrada la mayor parte del tiempo y casi no había viajeros ni negociantes que la utilizaran para pasar entre los dos países", agrega.
La segunda puerta fue construida en 1983, cinco años después del lanzamiento de la política de reforma y apertura, cuando la frontera de Horgos fue abierta de nuevo tanto para turistas como para carga.
Era más grande y estaba ubicada en otro lugar. Pero lo más importante, destaca Zhao, es que estaba siempre abierta. "Casi todos los días, grandes cantidades de gente pasaban a través de ella", recuerda.
La política de reforma y apertura ha llevado a que hasta ahora la puerta haya sido construida cinco veces. La más reciente fue testigo en 2017 del paso de más de 300.000 personas en ambas direcciones.
Además de la puerta estatal oficial, hay una más conocida, situada en el Centro Internacional de Cooperación Fronteriza de Horgos, la cual se ha convertido en una atracción turística.
Construida en forma de "H", inicial del carácter chino "he", el primero de los dos que componen la palabra "hexie" (armonía), la puerta tiene una altura de 18,81 metros, en alusión a 1881, año en el que Horgos se convirtió en paso fronterizo entre China y Kazajistán. En 2012, la estructura ganó un premio internacional por su diseño y planificación paisajística.
"Aunque no es la puerta oficial, los habitantes locales optaron por darle ese nombre porque a través de ella la gente también puede ir y venir entre los dos países", explica Ma Li, dueño de una tienda en Horgos.
El Centro Internacional de Cooperación Fronteriza de Horgos es la primera zona de libre comercio fronteriza en el mundo y el centro comercial libre de impuestos más grande en el oeste de China. Allí se permite el acceso de ciudadanos de cualquier país con pasaportes válidos o con permisos de entrada y salida.
"De una puerta desaliñada a un famoso símbolo galardonado a nivel internacional, la actualización de la puerta estatal encarna los enormes cambios en la imagen de nuestro país", sostiene Zhao. "Además, ha sido testigo de los grandes logros de China desde el lanzamiento de la política de reforma y apertura", añade.
Abierto en 2012, el centro ya cuenta con 5.000 tiendas y las ventas diarias alcanzan los 5 millones de yuanes (739.000 dólares).
Ma Donghuai, dueño de una de las tiendas y quien empezó a hacer negocios en Horgos en 2002, hace énfasis en que la imagen de la ciudad ha cambiado dramáticamente.
"Cuando llegué, en 2002, había poca oferta de mercancías, pero ahora tenemos una amplia gama proveniente de todos los lugares del mundo, como vinos de Georgia y alfombras de Irán", comenta.
Actualmente está en construcción la sexta versión de la puerta, la cual estará lista antes de finalizar el año. El flujo estimado a través de la nueva estructura es de alrededor de 5 millones de personas y 3 millones de toneladas de carga por año entre China y Kazajistán.