MONTEVIDEO, 23 ago (Xinhua) -- ¿Influye el relacionamiento cultural entre Uruguay y China en su intercambio económico? La respuesta es "sí" para el investigador y docente uruguayo Andrés Raggio, quien realizó un estudio preliminar sobre este tema que hasta el momento no había sido abordado por la academia.
Según dijo Raggio en una entrevista con Xinhua, la proliferación de intercambios de estudiantes y profesionales con China y de cursos de chino mandarín en Uruguay además de enriquecer el vínculo cultural impactará en el comercio bilateral.
¿En qué medida?
Es difícil valorarlo aún, pero no hay dudas que influirá como un factor de peso en este relacionamiento diplomático que en 2018 cumple 30 años.
Así lo cree este politólogo, docente e investigador del Programa de Estudios Internacionales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar).
El acercamiento cultural, lingüístico y el reconocimiento de la idiosincrasia marcan "los lineamientos básicos para una relación fructífera", considera Raggio.
BARRERAS CULTURALES
Hasta hace pocos años la relación "extra-comercial" no se había profundizado, apunta el académico y especula como posible explicación que "Uruguay, a diferencia de sus vecinos, como Argentina, no ha tenido una considerable cantidad de inmigrantes chinos".
Desde su punto de vista, la sociedad uruguaya es "homogénea y homogeneizante" porque tiene una "ascendencia claramente occidental" y entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX tuvo "leyes muy restrictivas" para la inmigración de origen asiático.
"Tal vez de ahí viene una negación hacia el otro que no es occidental", explica.
Solo llegaron "aventureros" que son casos "muy particulares con espíritu de inmigrante absoluto, ganas de conocer cosas nuevas y que en muchos casos buscan tranquilidad".
Además, quienes llegaron para instalar un comercio tuvieron dificultades ante los altos costos y al insertarse en un mercado muy pequeño en comparación con los países vecinos.
Como factores que profundizan la barrera entre ambas partes, menciona el idioma, la "lejanía" y la diferencia horaria "para entender las dificultades en el relacionamiento comercial".
Además, el empresario chino gusta de "conocer al otro antes de tener un negocio", lo que contrasta con el mundo occidental y su "ansiedad cortoplacista de querer cerrar rápidamente" los acuerdos, comenta Raggio.
Por otra parte, el "empresario chino es muy dinámico y el uruguayo no lo es tanto. Ellos entienden que si surge un problema lo quieren solucionar a la hora o dos horas. Nosotros somos más tranquilos, tenemos una velocidad menos".
En Uruguay, todavía "existe en general, no en todos los casos, una aversión hacia el capital chino bastante elevada".
"Son muchos factores culturales y básicamente en el fondo para resumirlo en una palabra es el desconocimiento absoluto del otro", apunta.
OTRA PERSPECTIVA
Raggio planteó su teoría en un documento titulado "Entre teros y dragones: el estado de las relaciones culturales entre Uruguay y China y su incidencia en el comercio" que presentó en 2016 en el "Foro Internacional sobre Confucianismo I Simposio Internacional en Lima sobre Diálogos entre Civilizaciones de China y América Latina".
Ese artículo, junto a otros presentados en ese foro, fue parte de un libro publicado este año por Ediciones Bellaterra con la edición de Xu Shicheng y Eduardo Daniel Oviedo.
"Es algo bastante analizado a nivel latinoamericano" que "donde existen trabas culturales" se "socavan las posibilidades de comercio virtuoso", establece el investigador.
China es desde hace algunos años el principal socio comercial de Uruguay y el primer destino de sus exportaciones.
Desde este año funciona el Instituto Confucio que además de promover la enseñanza del idioma chino mandarín difunde la cultura china.
Eso se suma a la difusión creciente del chino mandarín en colegios e institutos privados y que también lo hará en los liceos públicos.
"Hay un movimiento muy interesante que apuesta a lo cultural", afirma Raggio, quien no tiene duda de que el acercamiento cultural redundará en un impacto a nivel económico.
"Hoy por hoy es muy común encontrar estudiantes que viajaron a China o conocer a alguien que se está por ir a China. Este acercamiento podrá tener un impacto menor en algun sector pero en muchos casos tiene un impacto altísimo", valora.
Como ejemplo de ese intercambio menciona el caso del Instituto Nacional de Carnes (INAC) que "tiene una cooperación muy importante a nivel técnico con su contraparte en China".
"Allí están desarrollando innovación, producción innovadora. Doy fe de que esos procesos son virtuosos y que podrían generar cosas muy positivas para el país", sostiene.
Ese enriquecimiento mutuo seguramente se extenderá a otros sectores.