SAN JOSE, 30 mar (Xinhua) -- Carlos Alvarado Quesada, de 38 años, es la carta del oficialismo que busca reelegirse en los comicios del próximo 1 de abril, tras el actual mandato del presidente Luis Guillermo Solís.
Comenzó su camino con tropiezos, y los resultados del 4 de febrero pasado, en una primera vuelta, lo colocaron en segundo lugar con 21,6 por ciento de los votos.
Carlos Alvarado es la cara del Partido Acción Ciudadana (PAC), de centro-izquierda, una agrupación que lidera como el aspirante más joven de los dos que quedan en pugna, aunque también se trata del que tiene una mayor experiencia política.
Periodista y politólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR), con una maestría en Estudios para el Desarrollo de la Universidad de Sussex, Alvarado ya fue ministro de Desarrollo Humano y de Trabajo en esta administración (entre 2014 y 2017), cuando llegó al Ejecutivo tras varios años como asistente en el Congreso.
Alvarado se ha descrito a sí mismo como "la continuidad del cambio", una frase que resume su deseo de continuar con la bandera de su partido, que llegó al mando 12 años después de su primera puesta en escena, para acabar con 28 años de un gobierno alternado entre los tradicionales Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC).
Sin embargo, su imagen continuista no fue un gran atractivo en esta campaña, en la que no se perfiló como favorito.
El crecimiento de los partidos conservadores tradicionales y de su hoy contrincante, Fabricio Alvarado (por el evangélico Restauración Nacional), han avivado al sector progresista, que hoy representa la base de votantes de Carlos.
A pesar de ser sólo seis años menor que Fabricio, el contendiente oficialista muestra posturas mucho menos tradicionales, especialmente en campos como los derechos humanos de las poblaciones con orientaciones sexuales diversas, un tema que ha polarizado a Costa Rica en estos comicios.
Este punto de quiebre llegó con un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el que indicó a Costa Rica su deber de garantizar el reconocimiento de las identidades de género y el matrimonio entre personas del mismo sexo, algo ante lo que Carlos Alvarado se posicionó como el único de los principales candidatos con una visión favorable.
Además, el oficialista logró posicionarse como el candidato de las ideas más frescas en temas ambientales y sociales, en los que ha hablado de la necesidad de impulsar soluciones eléctricas al transporte público y descarbonizar la economía.
De cara a la segunda ronda, también ha conseguido alianzas importantes, como un pacto firmado para un gobierno "de unidad" (coalición) con el hasta hace unas semanas candidato del PUSC, Rodolfo Piza, con quien suscribió una carta en la que se estipularon ideas compartidas para atender situaciones como el problema fiscal.
Al respecto, ambos políticos propusieron una estrategia para cerrar el déficit en al menos 3 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), lo que significa la mitad de lo que actualmente representa el déficit financiero (con el pago de intereses) y casi la totalidad del déficit primario (sin ese rubro).
Además, el candidato se ha situado muy cerca del fundador del partido que hoy dirige, Ottón Solís Fallas, un actual diputado de buena reputación ética que fue tres veces candidato y casi alcanza la Presidencia de Costa Rica en 2006, cuando perdió por un estrecho margen ante el Nobel de la Paz, Óscar Arias Sánchez.
Con Solís, Alvarado ha buscado concretar alianzas y acercamientos con los demás partidos políticos, un proceso que han avisado continuará en caso de llegar a la Presidencia.
En su proceso político, Alvarado además ha tenido que sobreponerse al esperable desgaste que ha sufrido el novato PAC como partido de gobierno, una posición en la que nunca había estado y a la que llegó con enormes expectativas, tras la elección que ganó Luis Guillermo Solís -en segunda ronda- con más de un millón de votos (más del 65 por ciento del total).
No obstante, el ex ministro ha tratado de mostrarse como el candidato más preparado por sus logros como ministro dentro de la gestión pública, como el trabajo conjunto con la vicepresidenta Ana Helena Chacón para aplicar la estrategia contra la pobreza llamada "Puente al Desarrollo", y la aplicación de un Índice de Pobreza Multidimensional para atender el problema con menos asistencialismo.
También ha recordado que, como ministro de Trabajo, impulsó la entrada en vigencia de la Reforma Procesal Laboral, dirigida por su predecesor en el cargo Víctor Morales Mora, su jefe de campaña y uno de los diez diputados electos de su partido.
Ahora mismo, Alvarado continúa buscando alianzas, pues cuenta con apenas 10 de los 57 congresistas totales, cifra que no le alcanzaría para dar gobernabilidad en caso de llegar a la Presidencia. Este punto tampoco beneficia a su contrincante, Fabricio Alvarado, que apenas cuenta con 14, en un parlamento completamente dividido.
Además de periodista y político, Alvarado fue vocalista de bandas de rock progresivo en su época universitaria y, recientemente, ha publicado varios libros como escritor, incluida una novela llamada "La vida de Cornelius Brown", premiada por la Editorial Costa Rica como mejor propuesta joven.
En el plano personal, está casado con Claudia Dobles, una reconocida arquitecta con quien tuvo su único hijo llamado Gabriel, de cuatro años.
No obstante, a diferencia de su contrincante, Alvarado no ha salido en defensa de la "familia tradicional" ante el fallo de la Corte IDH en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, algo que los sectores más progresistas han destacado y le han agradecido con su voto.
Al respecto, Alvarado ha mostrado su apoyo al reconocimiento de los derechos humanos de la población LGTBI; así como la transformación de Costa Rica en un Estado laico y no confesional católico, como sigue siendo desde 1949.
En la primera ronda, Alvarado se llevó la mayor cantidad de los votos en las principales ciudades del centro costarricense, especialmente en aquellos con mejores índices educativos y de desarrollo social.
No obstante, su reto estuvo en las costas, donde su partido ni siquiera logro conseguir diputados, y en las que el actual gobierno no logró generar mayores impactos para reducir brechas, como tampoco lo hicieron las anteriores administraciones.