PERFIL: Fabricio Alvarado, la carta de conservadurismo para gobernar Costa Rica

Spanish.xinhuanet.com   2018-03-31 03:04:38

Por Josué Alfaro

SAN JOSE, 30 mar (Xinhua) -- Fabricio Alvarado Muñoz es el candidato a la Presidencia de Costa Rica que mejor representa al más arraigado conservadurismo del país.

El salmista de 43 años y oriundo de San José llegó a la segunda vuelta electoral al ganar en los comicios celebrados el pasado 4 de febrero el 24,9 por ciento de los votos, mayoritario, pero muy distante del 40 por ciento requerido.

Alvarado es el candidato del evangélico Partido Restauración Nacional (PRN), una agrupación política no tradicional fundada apenas en febrero de 2005, pero que este 2018 logró sus mejores resultados de la historia con una propuesta populista y religiosa.

Hasta ahora, el PRN había conseguido apenas un diputado en cada uno de los últimos dos periodos electorales; sin embargo, en las elecciones de febrero consiguió 14 de los 57 escaños posibles.

La campaña sin precedentes estuvo comandada por el carismático ex periodista, cantante y predicador evangélico, quien el próximo domingo, 1 de abril, buscará ganar la Presidencia.

El candidato no terminó la universidad, pues empezó a trabajar en televisión en 1998, algo que no le impidió que ejerciera el periodismo.

Fabricio Alvarado fue uno de esos dos diputados, entre 2014 e inicios de 2018, junto con el fundador del partido, Carlos Avendaño, un pastor evangélico que será diputado por segunda vez con su partido y tercera desde que inició en la política con el partido evangélico Renovación Costarricense (2002).

La llegada de Alvarado a la política está ligada a Avendaño. Según cuenta, llegó para trabajar en la comunicación del partido en 2014, pero sus habilidades para expresarse en público y su personalidad le valieron para finalmente terminar siendo el candidato a diputado, punto de partida de su corta carrera política.

No obstante, este débil currículo no ha sido obstáculo para su impulso en estas elecciones, en las que saltó como una opción verdadera cuando fue el primero y más intenso aspirante en oponerse al reconocimiento de las identidades de género y al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Esta posición cobró fuerza y fue atractiva para el sector conservador de Costa Rica tras un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que solicitó al gobierno costarricense garantizar esos derechos, a dos semanas de los comicios de febrero.

Ante esa situación, Alvarado incluso llegó a amenazar con retirar a su país del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) "de ser necesario", algo que generó un gran impacto en su campaña, pero que últimamente ha retractado como una opción verdaderamente factible.

Desde entonces, se convirtió en la candidatura del conservadurismo del país centroamericano, dejando en la lucha a varios partidos que apostaron por atraer a ese sector de la población.

La propuesta conservadora de Alvarado fue la más atractiva de todas, logrando la atención de una buena parte de los sectores religiosos católicos y cristianos, que se sintieron identificados con lo que Alvarado llamó "la defensa de la vida y la familia".

Lo único que ha hecho flaquear esa propuesta ha sido la reconocida postura evangélica de Alvarado, que no termina de convencer a la población mayoritariamente católica.

A este sector, Alvarado se ha dirigido con fuerza en los últimos días, como parte de un proceso en el que ha buscado aliviar las tensiones a través de alianzas con figuras de otros partidos.

Según las últimas mediciones del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP-UCR), entre católicos, evangélicos y pentecostales suman más de un 74 por ciento de la población (un 52 por ciento por el lado católico).

Por basarse en temas evidentemente morales, a la campaña de Alvarado se le ha acusado de mezclar a la religión con la política, algo que el candidato ha intentando negar aunque su experiencia política no le respalda.

Sus contrincantes le han criticado por falta de preparación y la propuesta de ideas poco concretas, así como por algunas otras que sí son concretas pero muy controversiales como cerrar el Instituto de la Mujer para crear uno de la Familia, o impulsar la extracción de minerales metálicos, actualmente prohibida por razones ambientales.

No obstante, la principal queja de sus adversarios sigue centrada en la unión hecha por Alvarado de temas religiosos y políticos, situación que ha provocado todo tipo de denuncias.

Recientemente, medios universitarios de la UCR incluso denunciaron, con audios y videos, la solicitud expresa de Alvarado a líderes religiosos para potenciar su campaña (algo totalmente prohibido en la legislación costarricense).

No obstante, la intención de proteger "los valores cristianos" manifestada por Alvarado en distintas ocasiones sigue siendo su bandera de campaña, e incluso la ha dejado plasmada en su plan de gobierno.

Fabricio Alvarado comanda la intención de voto de cara a la segunda ronda, aunque apenas por un punto y con un empate técnico, según la última encuesta del CIEP-UCR, por lo que se espera unas votaciones con porcentajes estrechos.

Como su contrincante Carlos Alvarado, Fabricio Alvarado refleja una candidatura joven y proveniente de una clase media, junto con su esposa Laura Moscoa y sus dos hijas, Fabiana y Dariana, de ocho y tres años, respectivamente.

No obstante, su trabajo en campaña ha buscado llamar la atención especialmente de las poblaciones más pobres, focalizadas en las costas y en el norte costarricense, con las que ganó cuatro de las siete provincias disputadas en febrero pasado.

Ahora, tan cerca de la Presidencia, también ha atraido a sectores empresariales que encuentran en Alvarado una posibilidad de influencia, a la que además se han sumado adhesiones de figuras de los partidos tradicionales, especialmente las más ubicadas hacia la derecha y el conservadurismo.

Para cualquier sugerencia o consulta puede ponerse en contacto con nosotros a través del siguiente correo
electrónico:spanish@xinhuanet.com
  
FOTOS  >>
VIDEO  >>
  TEMAS ESPECIALES  >>
Sesiones Anuales 2018
AÑO DEL PERRO
Xinhuanet

PERFIL: Fabricio Alvarado, la carta de conservadurismo para gobernar Costa Rica

Spanish.xinhuanet.com 2018-03-31 03:04:38

Por Josué Alfaro

SAN JOSE, 30 mar (Xinhua) -- Fabricio Alvarado Muñoz es el candidato a la Presidencia de Costa Rica que mejor representa al más arraigado conservadurismo del país.

El salmista de 43 años y oriundo de San José llegó a la segunda vuelta electoral al ganar en los comicios celebrados el pasado 4 de febrero el 24,9 por ciento de los votos, mayoritario, pero muy distante del 40 por ciento requerido.

Alvarado es el candidato del evangélico Partido Restauración Nacional (PRN), una agrupación política no tradicional fundada apenas en febrero de 2005, pero que este 2018 logró sus mejores resultados de la historia con una propuesta populista y religiosa.

Hasta ahora, el PRN había conseguido apenas un diputado en cada uno de los últimos dos periodos electorales; sin embargo, en las elecciones de febrero consiguió 14 de los 57 escaños posibles.

La campaña sin precedentes estuvo comandada por el carismático ex periodista, cantante y predicador evangélico, quien el próximo domingo, 1 de abril, buscará ganar la Presidencia.

El candidato no terminó la universidad, pues empezó a trabajar en televisión en 1998, algo que no le impidió que ejerciera el periodismo.

Fabricio Alvarado fue uno de esos dos diputados, entre 2014 e inicios de 2018, junto con el fundador del partido, Carlos Avendaño, un pastor evangélico que será diputado por segunda vez con su partido y tercera desde que inició en la política con el partido evangélico Renovación Costarricense (2002).

La llegada de Alvarado a la política está ligada a Avendaño. Según cuenta, llegó para trabajar en la comunicación del partido en 2014, pero sus habilidades para expresarse en público y su personalidad le valieron para finalmente terminar siendo el candidato a diputado, punto de partida de su corta carrera política.

No obstante, este débil currículo no ha sido obstáculo para su impulso en estas elecciones, en las que saltó como una opción verdadera cuando fue el primero y más intenso aspirante en oponerse al reconocimiento de las identidades de género y al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Esta posición cobró fuerza y fue atractiva para el sector conservador de Costa Rica tras un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que solicitó al gobierno costarricense garantizar esos derechos, a dos semanas de los comicios de febrero.

Ante esa situación, Alvarado incluso llegó a amenazar con retirar a su país del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) "de ser necesario", algo que generó un gran impacto en su campaña, pero que últimamente ha retractado como una opción verdaderamente factible.

Desde entonces, se convirtió en la candidatura del conservadurismo del país centroamericano, dejando en la lucha a varios partidos que apostaron por atraer a ese sector de la población.

La propuesta conservadora de Alvarado fue la más atractiva de todas, logrando la atención de una buena parte de los sectores religiosos católicos y cristianos, que se sintieron identificados con lo que Alvarado llamó "la defensa de la vida y la familia".

Lo único que ha hecho flaquear esa propuesta ha sido la reconocida postura evangélica de Alvarado, que no termina de convencer a la población mayoritariamente católica.

A este sector, Alvarado se ha dirigido con fuerza en los últimos días, como parte de un proceso en el que ha buscado aliviar las tensiones a través de alianzas con figuras de otros partidos.

Según las últimas mediciones del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP-UCR), entre católicos, evangélicos y pentecostales suman más de un 74 por ciento de la población (un 52 por ciento por el lado católico).

Por basarse en temas evidentemente morales, a la campaña de Alvarado se le ha acusado de mezclar a la religión con la política, algo que el candidato ha intentando negar aunque su experiencia política no le respalda.

Sus contrincantes le han criticado por falta de preparación y la propuesta de ideas poco concretas, así como por algunas otras que sí son concretas pero muy controversiales como cerrar el Instituto de la Mujer para crear uno de la Familia, o impulsar la extracción de minerales metálicos, actualmente prohibida por razones ambientales.

No obstante, la principal queja de sus adversarios sigue centrada en la unión hecha por Alvarado de temas religiosos y políticos, situación que ha provocado todo tipo de denuncias.

Recientemente, medios universitarios de la UCR incluso denunciaron, con audios y videos, la solicitud expresa de Alvarado a líderes religiosos para potenciar su campaña (algo totalmente prohibido en la legislación costarricense).

No obstante, la intención de proteger "los valores cristianos" manifestada por Alvarado en distintas ocasiones sigue siendo su bandera de campaña, e incluso la ha dejado plasmada en su plan de gobierno.

Fabricio Alvarado comanda la intención de voto de cara a la segunda ronda, aunque apenas por un punto y con un empate técnico, según la última encuesta del CIEP-UCR, por lo que se espera unas votaciones con porcentajes estrechos.

Como su contrincante Carlos Alvarado, Fabricio Alvarado refleja una candidatura joven y proveniente de una clase media, junto con su esposa Laura Moscoa y sus dos hijas, Fabiana y Dariana, de ocho y tres años, respectivamente.

No obstante, su trabajo en campaña ha buscado llamar la atención especialmente de las poblaciones más pobres, focalizadas en las costas y en el norte costarricense, con las que ganó cuatro de las siete provincias disputadas en febrero pasado.

Ahora, tan cerca de la Presidencia, también ha atraido a sectores empresariales que encuentran en Alvarado una posibilidad de influencia, a la que además se han sumado adhesiones de figuras de los partidos tradicionales, especialmente las más ubicadas hacia la derecha y el conservadurismo.

010020070760000000000000011100001370780291