GINEBRA, 16 mar (Xinhua) -- Ratones salvajes que viven cerca de seres humanos terminan por tener un aspecto diferente en el lapso de una década, lo cual podría proporcionar pistas sobre la manera en que comenzó la domesticación en otros animales como los perros, se indicó hoy en un boletín de prensa de la Universidad de Zurich (UZH).
Muchos animales domesticados tienen un aspecto diferente si se les compara con sus parientes salvajes, por ejemplo, manchas blancas en el pelo u hocicos más cortos. Un equipo de investigadores de la UZH observaron este fenómeno en ratones salvajes (Mus musculus domesticus) que vivían en un granero cerca de Zurich.
En el lapso de una década, esta población de ratones desarrolló dos cambios fenotípicos claros: manchas blancas en abrigos en general color marrón y hocicos más cortos.
"Gradualmente, los ratones perdieron el miedo y desarrollaron signos de domesticación. Esto ocurrió sin la selección humana y fue únicamente resultado de su exposición regular a nosotros", dijo Anna Lindholm, líder del equipo.
Los biólogos evolucionistas han estado estudiando durante 15 años a los ratones que viven en el granero vacío. Estos animales reciben con regularidad comida y agua y son analizados por los investigadores.
La transformación ha sido vinculada con células madres del embrión llamadas cresta neural que afectan tanto los rasgos físicos como de comportamiento de manera paralela. Así, al seleccionar animales tímidos y reproducirlos, los investigadores tienen, de manera no intencional, un efecto sobre su apariencia física.
Pero los ratones salvajes no fueron seleccionados de ninguna manera. De acuerdo con Lindholm, la "autodomesticación" de los propios ratones condujo a cambios graduales en su apariencia "de manera incidental e inadvertida", una forma muy similar a la cría selectiva de los zorros siberianos.
La autodomesticación podría suministrar pistas sobre la manera en que los lobos evolucionaron hasta convertirse en perros domésticos, señala el estudio de UZH, el cual fue publicado en la revista Royal Society Open Science el 7 de marzo.