Por Noemí Galbán
LA HABANA, 14 mar (Xinhua) -- El relevo generacional en la dirección política de Cuba inició hace cinco años con el ascenso a la Asamblea Nacional (Congreso) y al Consejo de Estado de dirigentes menores de 60 años que en el último lustro han demostrado su capacidad para gobernar, aseguró el analista Rafael Hernández.
En entrevista con Xinhua, el politólogo y director de la reconocida "Revista Temas" (publicación local dedicada a las ciencias sociales y humanísticas, así como teoría política e ideología), consideró que el equilibrio actual en la máxima dirección del país en cuanto a grupos etarios revela una estrategia coherente con relación a ese asunto.
"Esas nuevas generaciones están gobernando en Cuba desde hace varios años. El hecho de que tengamos próximamente a un presidente que no se apellida Castro y que ese líder tenga 30 años menos que el actual jefe de Estado tiene un efecto simbólico sobretodo", indicó Hernández.
Para el experto cubano esa renovación política ya se produjo cuando en 2013 la edad promedio de los 605 diputados electos para ocupar un puesto en el Congreso bajó de 59 a 54 años, para descender a 49 años en los recién comicios generales del pasado 11 de marzo.
"Si se analiza también el actual Consejo de Ministros, la edad promedio es de 59 años, esa no es la edad de la generación histórica que supera los 80 años", añadió.
Hernández igualmente advirtió que desde el punto de vista de la presencia de dirigentes jóvenes en las 15 provincias (estados) que se divide territorialmente la mayor de las Antillas, la edad media entre los secretarios del Partido Comunista de Cuba (PCC) en esas regiones es de 52 años.
"Incluso, la edad promedio del Buró Político electo en el VII Congreso del PCC en 2016 es de 63 años y muy probablemente siga bajando en los próximos años", señaló.
Una realidad que está en consonancia con la determinación de Raúl Castro de dar paso a las nuevas generaciones y dejar en abril próximo sus funciones como presidente de Cuba, tras 12 años en el poder.
Ante la inesperada y compleja situación de salud por la que atravesó en 2006 el fallecido líder Fidel Castro (1926-2016), el actual mandatario ocupó el puesto conservado por su hermano durante más de cuatro décadas y la transición fue un paso natural.
Un cambio que permitió llegar a este momento, según Hernández, pues el pueblo está consciente de la lógica y necesaria asunción de jóvenes dirigentes, encargados de conducir al país los próximos años y profundizar el actual proceso de actualización del modelo socioeconómico cubano.
Con relación a las elecciones del pasado domingo, donde ocho millones 926.575 ciudadanos estaban convocados a las urnas para seleccionar a los 605 diputados del Congreso y a los más de 1.265 delegados provinciales, el investigador manifestó que la jornada funcionó como estaba previsto.
"Lo que ocurrió en el momento del voto popular fue más una confirmación de esa elección previa, más bien una ratificación de lo que las asambleas municipales (instancias de gobierno locales) eligieron", apuntó.
Los candidatos que integraron las boletas fueron resultado de más de 12.000 propuestas surgidas en reuniones de nominación celebradas en septiembre de 2017 en 45.688 localidades de todo el país, cuando inició la primera etapa del proceso de elecciones generales.
En esas asambleas, calificadas por las autoridades cubanas como "manifestación genuina de participación ciudadana", los vecinos de cada área propusieron a los delegados a las asambleas municipales (concejales), encargados de representarlos a nivel local y velar por la solución de los problemas más acuciantes del territorio.
Dichos dirigentes de base fueron electos en noviembre de 2017 por el pueblo y entre ellos surgieron los candidatos que este 11 marzo resultaron seleccionados para conformar la Asamblea Nacional y las provinciales.
"Hay una alta proporción de delegados y de personas que trabajan en el poder popular a nivel local en la composición del parlamento (Congreso) y eso es muy importante en términos de la comunicación con la ciudadanía", subrayó el analista político caribeño.
Hernández se refirió al 82,9 por ciento de participación que hubo en los comicios del pasado domingo, según cifras preliminares difundidas recientemente por autoridades de la Comisión Electoral Nacional.
Para el experto, el hecho de que ese indicador fue menor esta vez que en años anteriores, no tiene una connotación negativa.
"Tenemos que acostumbrarnos cada vez más a la diversidad y a la pluralidad y entender que una pluralidad del 82,9 por ciento de participación es extraordinariamente alta y revela el alto nivel de movilización que se mantiene en la sociedad cubana", puntualizó.
Otros datos muestran que el 53,22 por ciento de los integrantes del nuevo Congreso son mujeres; el 13,22 por ciento son jóvenes menores de 35 años y el 40,50 por ciento son negros o mestizos.
En abril venidero, una vez constituida la Asamblea Nacional y recogidas las proposiciones de cada uno de los 605 diputados, la comisión de candidaturas elaborará una propuesta final y someterá a votación, el 19 del propio mes, para elegir finalmente a los 31 integrantes del Consejo de Estado, entre ellos el nuevo presidente de Cuba.
Un acontecimiento que no constituirá un trauma para los habitantes de Cuba, estimó Hernández, ni mucho menos una ruptura con lo realizado durante casi 60 años por los dirigentes históricos de la Revolución, principalmente Fidel y Raúl Castro.