
El arqueólogo destacó que se trata de la excavación más grande de un sitio taoísta en China. Además de la excavación del palacio central, se han llevado a cabo estudios arqueológicos en un área de 30 kilómetros cuadrados para determinar la estructura original del palacio.
Se han desenterrado un tesoro de cerámica y porcelana, así como materiales de construcción, incluidas las baldosas vidriadas de las antiguas pinturas del templo.
Los arqueólogos creen que el valor de las ruinas del palacio hace que merezca la pena solicitar su inclusión como patrimonio mundial en el futuro.