MEXICO, 7 dic (Xinhua) -- México tiene que generar condiciones para que China sea su aliada en los negocios a largo plazo y no considerarla simplemente como un mercado al que venderle productos, opinó el director de la firma de servicios de internacionalización Chevaya, Adrián Cisneros.
"Necesitamos generar alianzas, no ver qué nos compra China o qué le compramos a China, buscar relaciones a largo plazo. China sí lo tiene claro, siempre ha hablado de desarrollo compartido y beneficio mutuo", dijo el experto en facilitar negocios en la región Asia-Pacífico.
A su juicio, es esencial atraer inversiones de compañías chinas dispuestas a transferir su tecnología para fortalecer la industria y capital humano del país.
"Ojalá China se prestara para ser el primer país que ayudara a países como México a dejar de ser maquiladores, que no fuera nada más un país que invirtiera para crear aquí fabricas para producir cosas", explicó el doctor en Derecho por la Universidad Jiaotong de Shanghai.
A su juicio, México debería aprovechar los adelantos de la industria china para buscar un desarrollo de tecnología conjunta y mayor sofisticación de sus productos.
Las inversiones anuales de la segunda potencia económica del mundo en el país comenzaron a fluir en mayor cantidad a partir de 2009 con respecto a los 10 años previos, pero continúan representando una cifra mínima de la inversión extranjera directa (IED) que México recibe.
El monto más alto de IED china en México desde 1999 se registró en los primeros nueve meses de este 2017 con 116,7 millones de dólares, lejos de las inversiones estadounidenses, canadienses o alemanas, señalan datos de la Secretaría de Economía mexicana.
México, señaló Cisneros, mira ahora a China como una posible alternativa comercial en caso de que Estados Unidos decida acabar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuando tendría que contemplarla como un socio alternativo al pacto vigente desde 1994.
El comercio bilateral ha crecido en los últimos años hasta rondar los 75.000 millones de dólares, pero Cisneros aseguró que no percibe que el Gobierno y las empresas mexicanas estén actuando para conocer mejor el mercado chino.
Todavía hay compañías, dijo, que ven a China como una fábrica para comprar a bajo precio a pesar de su evolución tecnológica, mientras otras apuestan por venderle productos del campo que son exóticos para su mercado sin antes analizar si serán del gusto de los consumidores.
Las claves para abrirse espacio en el gigante asiático son ofrecer productos con valor agregado, entender las necesidades de los consumidores y cumplir estándares, como han hecho ya con éxito varias transnacionales mexicanas, explicó.
