Imagen del 1 de diciembre de 2017 de una mujer caminando frente a una imagen del fallecido presidente cubano, Fidel Castro, y su hermano el actual presidente cubano, Raúl Castro, colocada en la fachada de un edificio en una céntrica avenida de Santiago de Cuba, Cuba. Si la central urbe cubana de Villa Clara es conocida como "La ciudad del Che", Santiago de Cuba puede ser perfectamente considerada como "La ciudad de Fidel", y no sólo porque guarde los restos del ex presidente cubano. En el hermoso cementerio de Santa Ifigenia, en las afueras de la urbe donde viven casi medio millón de personas, los restos del líder cubano se guardan en una gran roca traída desde las montañas de la Sierra Maestra, desde donde dirigió la guerrilla que derrotó a la dictadura de Fulgencio Batista en 1959. El monolito, que recibe unas 2.000 personas cada día, se ha convertido en un sitio de peregrinación para los seguidores del ideario de Castro y también en una atracción turística que visitan personas llegadas desde medio mundo. Pero la presencia del Comandante supera los muros del camposanto y se expande sobre una ciudad que lo vio ser primer ministro de 1959 a 1976, y presidente de 1976 hasta 2008, cuando una grave crisis de salud lo alejó del poder que entonces asumió su hermano Raúl. La singular relación de los santiagueros con Fidel Castro trasciende el vínculo político, para confirmar el constante apoyo a la revolución que encabezó el Comandante en Jefe. (Xinhua/Joaquín Hernández)