Imagen del 18 de agosto de 2017 de Rafael Papageorgiou grabando un video para su canal de enseñanza del idioma chino en YouTube, Chinês Já (China Ahora), en Sao Paulo, Brasil. (Xinhua/Li Ming)
Por Zhang Qichang
SAO PAULO, 23 ago (Xinhua) -- Para Rafael Papageorgiou, ganador brasileño del concurso de idioma "Puente Chino" hace cinco años, los beneficios de esa victoria lo siguen acompañando en la actualidad.
"El idioma chino me ha abierto muchas oportunidades desde que empecé a aprenderlo. China se ha convertido en una parte indispensable de mi vida", declaró a Xinhua.
Imagen del 18 de agosto de 2017 de Rafael Papageorgiou leyendo el libro "Las Analectas" en su casa, en Sao Paulo, Brasil. (Xinhua/Li Ming)
Rafael, originario de Porto Alegre (sur de Brasil), tuvo su primer encuentro con el idioma chino en el 2010. Para el estudiante de Historia en la Universidad Federal de Río Grande del Sur (Ufrgs), todo empezó por su deseo de conocer sobre la cultura china, que le parecía distante y misteriosa.
Imagen del 18 de agosto de 2017 de Rafael Papageorgiou entonando canciones chinas en su casa, en Sao Paulo, Brasil.(Xinhua/Li Ming)
"Dedicaba al menos ocho horas al día al aprendizaje del chino y aprovechaba la oportunidad de hablar con estudiantes chinos en la Ufrgs, también compraba todos los materiales disponibles en Brasil para aprender chino", explicó Rafael.
"El chino es difícil pero deseaba aprender más. Aprender el idioma me dejó un fuerte sentido de logro", comentó.
Imagen del 18 de agosto de 2017 de Rafael Papageorgiou entonando canciones chinas en su casa, en Sao Paulo, Brasil.(Xinhua/Li Ming)
Después de dos años de aprendizaje, Rafael llegó a un punto de inflexión cuando la Ufrgs estableció su Instituto Confucio en 2012. Rafael se inscribió para participar en el concurso "Puente Chino" ese mismo año.
Rafael recuerda que para la demostración artística cantó "Long De Chuan Ren", que quiere decir "Descendientes del dragón", una de sus canciones chinas favoritas.
"Lo más importante de ganar el concurso no fue coronarme como el campeón sino obtener una beca para viajar y estudiar en China al año siguiente", indicó.
Imagen del 18 de agosto de 2017 de Rafael Papageorgiou mostrando un platillo de comida china en su casa, en Sao Paulo, Brasil. (Xinhua/Li Ming)
Rafael pasó un año estudiando en la Universidad de Nankai en Tianjin (norte), lo que le permitió conocer la sociedad, cultura y gente de China.
"Los chinos son honestos, hospitalarios y trabajadores. Durante ese año, empecé a leer literatura china y quedé fascinado. Siempre he creído que la literatura es la puerta de entrada al alma de una nación", dijo a Xinhua.
Imagen del 18 de agosto de 2017 de una vista del canal de Rafael Papageorgiou de enseñanza del idioma chino en YouTube, Chinês Já (China Ahora), en Sao Paulo, Brasil.(Xinhua/Li Ming)
En la actualidad, el joven tiene las obras de los escritos chinos Yu Hua, San Mao, y Han Han en su biblioteca y está leyendo "Las Analectas de Confucio".
Los lectores "podemos encontrar valores universales en los textos de Confucio. Por ejemplo, el respeto al país propio, una virtud que todos deberían valorar", opinó Rafael.
Imagen del 18 de agosto de 2017 de Rafael Papageorgiou trabajando en una compañía china, en Sao Paulo, Brasil.(Xinhua/Li Ming)
A su regreso de China, Rafael trabajó en una compañía china en Sao Paulo y fundó un canal de enseñanza del idioma chino en YouTube, Chinês Já (China Ahora).
El joven brasileño dijo que el canal está dirigido a cualquiera que esté interesado en aprender chino pero que no tiene tiempo ni dinero para tomar clases.
Imagen del 18 de agosto de 2017 de Rafael Papageorgiou aprendiendo el idioma chino en su casa, en Sao Paulo, Brasil. (Xinhua/Li Ming)
"Deseo decirle a la gente que no es difícil aprender chino si hace un esfuerzo", agregó.
Sobre el futuro, Rafael tiene su propio "Sueño Chino". Espera regresar un día a China para estudiar y trabajar con el fin de conocer de primera mano la evolución de China.
Imagen del 18 de agosto de 2017 de Rafael Papageorgiou preparando un platillo de comida china en su casa, en Sao Paulo, Brasil. (Xinhua/Li Ming)