Por Raúl Menchaca
Imagen del 27 de junio de 2017, de un chef cocinando en un restaurante en Varadero, Cuba. Escondida más allá de las playas y el sol o del conservado patrimonio histórico, Cuba guarda una rica tradición culinaria, fruto de una mezcla de culturas, que ahora busca utilizar como atractivo para el turismo. "Siempre será la prioridad número uno, continuar diversificando y elevando la calidad en la prestación de los servicios en sentido general, pero en particular de la gastronomía", dijo el ministro de Turismo de Cuba, Manuel Marrero, al inaugurar el IX Festival Varadero Gourmet que la pasada semana (del 27 al 30 de junio) reunió a delegados y chefs de 16 países. (Xinhua/Joaquín Hernández)
VARADERO, CUBA, 1jul (Xinhua) -- Escondida más allá de las playas y el sol o del conservado patrimonio histórico, Cuba guarda una rica tradición culinaria, fruto de una mezcla de culturas, que ahora busca utilizar como atractivo para el turismo.
"Siempre será la prioridad número uno, continuar diversificando y elevando la calidad en la prestación de los servicios en sentido general, pero en particular de la gastronomía", dijo el ministro de Turismo de Cuba, Manuel Marrero, al inaugurar el IX Festival Varadero Gourmet que la pasada semana (del 27 al 30 de junio) reunió a delegados y chefs de 16 países.
Para llevar adelante ese propósito, el ministro pidió que "cada casa tenga su sello, que cada cocinero le ponga su sazón y que cada cantinero le ponga su toque al coctel que está preparando".
"Cuba ya es una referencia. Un país donde se puede ir a comer. Yo creo que también ello es algo muy importante", aseguró en la ocasión Marrero.
El principal secreto que tiene la cocina cubana es la mezcolanza de ingredientes culturales aportados por cada nacionalidad que ha llegado a la isla a lo largo de su historia.
"Se ha ido enriqueciendo a través de los años con las diferentes arribazones voluntarias y obligadas. Africanos, los chinos, inclusive la propia presencia de Europa del Este en nuestra alimentación, eso contribuyó a enriquecer el diapasón nuestro de comida", dijo a Xinhua, durante el festival, el chef internacional Jorge Luis Méndez.
Méndez, un filólogo cubano reorientado hacia el mundo del turismo, ha publicado varios libros sobre la gastronomía local y ahora se desempeña en la Dirección de Operaciones del Ministerio del Turismo, desde donde sigue con atención la evolución culinaria de Cuba.
"Hemos logrado preservar la auténtica cocina tradicional cubana", aseguró el experto, quien, además, consideró que la comida "permite a los pueblos expresar lo que son".
No obstante, los planes cubanos requieren de una eficiente industria alimenticia local pues Cuba importa unos 2.000 millones de dólares en alimentos al año, una factura que las autoridades buscan reducir para aliviar la economía nacional.
"Jugamos un rol principal en el abastecimiento a este sector que es la locomotora para nosotros", dijo el director de la Empresa de acopio agrícola de la provincia de Camagüey, que suministra unos 70 productos a las cadenas hoteleras del país, en especial a las ubicadas en el balneario de Varadero a unos 145 kilómetros al este de La Habana.
Viandas, frutas, hortalizas y granos básicos son los productos más demandados por el turismo, los que, dice Reyes, dan la garantía de mantener la mesa cubana en toda la cadena hotelera y extrahotelera.
"La cocinacubana le gusta los turistas por la creatividad en la elaboración y variedad de platos", señaló, por su parte, el maestro de cocina Pedro Manuel Serrano, quien trabaja en un restaurante de Varadero desde hace 27 años.
"Los platos que más le gustan son a base de vegetales, lo natural", confirma el experimentado chef.
Los esfuerzos dirigidos hacia la gastronomía también tienen aliados fuera de las fronteras de la isla, donde compañías extranjeras tratan de aprovechar una oportunidad de negocios y ofrecer productos al mercado cubano.
Razón por la cual, el italiano Dario Balzanelli, gerente general de la empresa Crisci International confía en poder colocar sus fogones, hornos eléctricos y batidoras en los restaurantes cubanos.
Balzanelli, cuya firma llegó a la isla en noviembre último, también espera vender alimentos enlatados y conservas para acercar la cocina mediterránea a la isla.
"Nuestra ambición es entrar en el mercado de Cuba para traer nuestra cultura culinaria", apuntó el emprendedor europeo quien combina su gran afición por la música con su trabajo empresarial.
Cuba espera recibir este año a más de 4,2 millones de turistas, una cifra que superaría los 4,04 millones de visitantes registrados en 2016, cuando ese rubro creció en un 14,5 por ciento.
La isla caribeña espera aprovechar ese sostenido crecimiento por lo que el gobierno diseñó un ambicioso programa de desarrollo hasta 2030 que incluye la construcción de 224 instalaciones hoteleras para ampliar la capacidad de alojamiento hasta 103.000 habitaciones.
En el éxito de ese programa, la tradición culinaria cubana tiene un importante espacio y, más allá de otros atractivos del país, es una fortaleza de la industria turística de la isla.
