BEIJING, 22 feb (Xinhua) -- Cuando en enero pasado el presidente chino, Xi Jinping, entregó oficialmente a la Organización Mundial de la Salud una estatua de bronce que muestra los puntos de acupuntura del cuerpo humano, en la sede del organismo en Ginebra, los ojos del mundo se posaron en esa obra de arte.
Sin embargo, para Pauline Moy, una joven malasia que antes se dedicaba a la actuación, la figura es, desde hace años, parte de su vida diaria. Como alumna de la Escuela Internacional de la Universidad de Medicina China de Beijing (BUCM, siglas en inglés), utiliza una réplica para memorizar los puntos de presión y practicar las técnicas.
Moy dejó atrás la actuación en 2011 para enrolarse en la universidad, atraída por el enigma de "cómo una aguja puede aliviar el dolor y curar la enfermedad". Se inscribió en la carrera de acupuntura, moxibustión y tuina, este último un tipo de masaje terapéutico. Y una vez graduada, siguió adelante. Ahora cursa estudios de maestría en medicina tradicional china.
La acupuntura es sólo una parte de esta milenaria práctica medicinal. Para entender mejor la esencia de la acupuntura, Moy ha leído textos antiguos escritos en chino clásico, lo que, asegura, ha representado el mayor reto en sus estudios.
"Aprender las obras clásicas de la medicina tradicional china es similar a armar un rompecabezas. Primero tengo que aprenderlas 'pieza por pieza'. Cuando tenga suficientes conocimientos, podré integrarlos en la práctica clínica, que está basada tanto en la teoría médica como en la observación", explica.
Moy es parte del creciente número de extranjeros que estudia la medicina tradicional en China. Zhang Daliang, director del Departamento de Educación Superior del Ministerio de Educación, dice que este es el campo más popular entre las ciencias naturales para los estudiantes extranjeros en el país.
"La medicina tradicional china ha llegado ya a 183 países y regiones. La educación internacional ha jugado un papel importante en su generalización en todo el mundo", sostiene el funcionario.
Chelsea Qi Xie, de EEUU, también estudia en la Escuela Internacional de la BUCM. Es una china de ultramar y su madre es farmacéutica. Decidió estudiar la medicina tradicional china no sólo para aprender sobre sus raíces culturales, sino también por el hecho de que ésta es cada vez más popular en al país norteamericano.
"La acupuntura es una terapia alternativa que tiene relativamente pocos efectos secundarios. Los servicios de acupuntura están disponibles en muchos hospitales grandes de Estados Unidos, y los profesionales registrados deben aprobar exámenes formales. Que yo sepa, solo en el estado de California hay unos 20.000 acupunturistas registrados", señala Xie.
La BUCM ha establecido vínculos con 108 universidades e instituciones de investigación en 30 países y regiones de todo el mundo, lo que también ha fortalecido el reconocimiento de la medicina tradicional china en el extranjero.
El programa de Maestría en Medicina Tradicional China lanzado conjuntamente en septiembre de 2016 por la BUCM y la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona es el primero de su tipo acreditado oficialmente por la Unión Europea. Entre tanto, con la colaboración de la Universidad Politécnica Kwantlen de Canadá, la BUCM administra el primer programa conjunto de licenciatura en América del Norte.
Con la cooperación de varias universidades y otras instituciones extranjeras, la universidad china también ha establecido centros de medicina tradicional china en Rusia, Australia, EEUU y otras partes del mundo, los cuales sirven como plataformas integradas de servicios médicos, educación e investigación.
El rector de la BUCM, Xu Anlong, dice que, si bien la medicina tradicional china ya es popular en muchos países occidentales, aún es necesario diseñar y aplicar nuevas estrategias para incorporarla en el sistema internacional de medicina.
Los centros de medicina tradicional china han cultivado a muchos profesionales en todo el mundo, según Xu. "Pero lo más importante es que la eficacia de la medicina tradicional china se ha ganado el reconocimiento de la gente. Por ejemplo, el centro que hay en Rusia es muy popular, y sé que algunos pacientes conducen más de 10 horas para ir hasta allí a recibir tratamiento", añade.
La BUCM agenda hasta 1.044 horas de práctica clínica para los universitarios, en las cuales se entremezcla una variedad de experiencias a lo largo de todo el período de aprendizaje.
Antes de licenciarse, Moy, la estudiante de Malasia, hizo sus prácticas en el Hospital Nº 3 Afiliado a la BUCM y el Hospital de la Amistad China-Japón. Su plan para cuando se haya graduado de la maestría es abrir una clínica de acupuntura en su país.
"Quiero que más malasios conozcan las maravillas de la medicina tradicional china y gocen de servicios médicos de buena calidad en esta especialidad", dice.