James Robart, un juez de un tribunal federal del distrito oeste del estado de Washington, determinó el viernes que la orden ejecutiva sería congelada en todo el país debido a que la prohibición estaba causando a los estados "daños irreversibles".
El Departamento de Justicia apeló después al Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito para pedir la anulación de la orden restrictiva, pero el tribunal rechazó la petición.
Trump atacó antes a Robart por bloquear su orden ejecutiva y dijo en Twitter que "la opinión de este mal llamado juez, que básicamente quita ley y orden a nuestro país, es ridícula y será anulada".
Esta crítica rompió con una tradición política estadounidense en la que los miembros del poder ejecutivo y del poder legislativo se abstenían de comentar las decisiones judiciales.
"Creo que lo mejor es no señalar a los jueces con críticas", dijo el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, en respuesta al tuit de Trump.