RIO DE JANEIRO, 12 dic (Xinhua) -- La policía brasileña presentó hoy nuevos cargos contra el expresidente Lula da Silva (2003-2010), su mujer Marisa Letícia, el exministro de Hacienda Antonio Palocci y otras cuatro personas por lavado de dinero y corrupción pasiva.
Se trata de una nueva denuncia que se enmarca dentro de la gigantesca investigación por corrupción en el seno de la petrolera estatal Petrobras.
Los cargos contra Lula se refieren a dos hechos distintos: la compra de un terreno, que sería utilizado para la construcción de una sede del Instituto Lula, y el alquiler de un apartamento situado frente al que reside el expresidente. Según la Policía Federal, en ambos casos se trata de sobornos pagados por la constructora Odebrecht a Lula.
Los dos casos eran investigados por separado, aunque la policía consideró que se debían unir las dos investigaciones, por tratarse de hechos correlacionados.
Según la Policía Federal, el exministro Palocci distribuía los pagos de Odebrecht al Partido de los Trabajadores de Lula, y usaba su influencia para actuar en favor de los intereses de la empresa.
La policía cree que Lula fue uno de los beneficiarios de las mordidas pagadas por la firma, y que una parte fue para comprar el terreno que sería usado para la sede del Instituto Lula.
Por su parte, el apartamento habría sido comprado por un empresario conocido de Lula y alquilado al expresidente en un contrato a nombre de la ex primera dama, Marisa Letícia. No obstante, según la investigación, nunca hubo ningún pago por parte del expresidente, que utiliza el inmueble al menos desde 2003.
De acuerdo con la policía, la operación fue realizada para ocultar el verdadero dueño del inmueble, que sería Lula y que lo habría pagado con dinero de Odebrecht, desviado ilícitamente de la gran red de corrupción en Petrobras.
La de hoy es una nueva denuncia contra Lula, ya procesado en cuatro diferentes casos, todos ellos alrededor de la trama de corruptelas de Petrobras. Las acusaciones hechas por la Policía Federal serán ahora analizadas por la Fiscalía que, de considerarlas procedentes, pedirá a la justicia que procese a los siete imputados.
La nueva denuncia fue presentada solo tres días después de que la Fiscalía acusara a Lula de tráfico de influencias, lavado de dinero y participación en organización criminal en otro caso, junto a su hijo.
El exmandatario también se enfrenta a dos juicios por corrupción por recibir presuntos pagos y favores de sendas constructoras, y en el tercero por haber tratado de silenciar a un testigo que le señala como uno de los cabecillas de la red que saqueó la Petrobras durante al menos una década.