A lo largo de todo el camino se levantaron altares con carteles, gente con rostros pintados con el nombre del ex presidente, mantas escritas a mano con agradecimiento y colinas decoradas con piedras blancas que lo despedían con un "Hasta siempre Comandante".
La caravana, que salió el 29 de noviembre pasado de La Habana, llegó la víspera a Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia de la isla.
En Santiago tuvo lugar un multitudinario acto de despedida en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, cuyo principal orador fue el presidente Raúl Castro, hermano menor de Fidel.
"El líder de la Revolución rechazaba cualquier manifestación de culto a la personalidad y fue consecuente con esa actitud hasta las últimas horas de vida", dijo el gobernante cubano ante más de medio millón de personas.
Antes de fallecer, Fidel Castro pidió que "su nombre y su figura nunca fueran utilizados para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles u otros sitios públicos, ni erigir en su memoria monumentos, bustos, estatuas y otras formas similares de tributo", dijo Raúl Castro.
El presidente cubano adelantó que la voluntad de Fidel Castro se garantizará con medidas legales que se introducirán en la próxima sesión de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral), que estaba prevista para este mes, aunque no se ha anunciado la fecha de su celebración.
"Siempre nos hemos expresado contra toda manifestación de culto, de endiosamiento a los líderes, es una tradición que realmente hemos establecido", dijo Fidel Castro al nicaragüense Tomás Borge en una entrevista que dio origen en 1992 al libro "Un grano de maíz".
El título del libro recuerda una frase del Héroe Nacional José Martí, quien afirmó que "toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz".
Raúl Castro resaltó que la autoridad de Fidel y su relación entrañable con el pueblo, "fueron determinantes para la heroica resistencia del país en los dramáticos momentos del Periodo Especial, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) cayó un 34,8 por ciento, se deterioró sensiblemente la alimentación, sufrimos apagones de 16 y hasta 20 horas diarias".
Subrayó que en esos momentos, pese a la situación, se logró preservar la salud pública y la educación para toda la población.
"Ese es el Fidel invicto que nos convoca con su ejemplo y con la demostración de que sí se pudo, sí se puede y sí se podrá", dijo emocionado, mientras una multitud lo respaldaba ondeando pequeñas banderas de Cuba y exclamando "¡Sí se puede!".
Complementó que "el liderazgo de Fidel posibilitó convertir el Periodo Especial en una nueva batalla, en una victoria en la historia de la patria. Entonces pocos en el mundo apostaban por nuestra capacidad de resistir y vencer", afirmó el mandatario cubano.
"Ante los restos de Fidel juremos defender la patria y el socialismo, y juntos reafirmemos todos la sentencia del Titán de Bronce: 'quien intente apropiarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha'", dijo emocionado Raúl Castro al clausurar el acto.
El ex mandatario cubano Fidel Castro falleció una década después de que en el verano de 2006 entregara el poder a su hermano menor, Raúl, tras una grave crisis de salud.
